sábado, noviembre 18, 2006

Na´tan o cosmos

Na´ tan o cosmos símera (si el mundo de hoy)
san tis paliés iméres (fuera el de ayer, como en los viejos tiempos)
na min pezenan ánzropi ( si no murieran los hombres)
me bombes ke me sféres (con las armas de fuego)
Na´tane óles y kardiés (si fueran todas las almas)
glikés san to siropí (dulces como el almíbar)
na min ipirjan y ftojí (que la pobreza no esté más)
ute y kakí anzropí (ni la maldad exista)

Na´maste óli guelaskí (que la sonrisa siempre esté)
ke álo toso loguikí (y seamos logicos también)
na kánume kaló (hagamos siempre el bien)
min tó xejname aftó (sin mirar a quién)
kápios más kitá ap ton uranó (porque desde el cielo alguien nos ve)

Na´tane óla ta pediá (si hubiera más felicidad)
guemata eftijía (dentro de cada niño)
na´tan macriá ap tín pseftiá (que la mentira y el pecado)
ke a po tín amartía (queden en el olvido)

Queremos un mundo mejor.

Kuría Eleni.

jueves, noviembre 09, 2006

Pecado son tus ojos

Desconcertado, Ariel camina por las calles desoladas…
Frías como su mente, vacías como su memoria…
Porque él quiere recordar, pero sabe que recordar es sufrir y no quiere
Porque no quiere recordarlo solo
Sus heridas en el corazón aún sin cicatrizar ya le reviven muchos momentos
Pero tampoco quiere olvidar, porque nada que toca tu corazón, puede ser olvidado
Pero teme sufrir, teme abrir la boca y que los recuerdos lo agobien
Necesita a alguien a quien contárselo,
Alguien que lo abrace cuando suceda, que lo contenga
Pero no puede.
¿Para qué sacar viejas fotos de la caja? Si nadie las quiere ver
Si pareciera que todo el mundo se puso de acuerdo en olvidarlo
Si nadie lo recuerda. Todos mudos, como si nada hubiese pasado.
Y el silencio y el olvido de todos, ahoga su aire
Si las heridas no cicatrizan, se trata de contener la sangre tibia del corazón
Formando costras que cierren la salida
Costras duras
Pero él no quiere endurecerse, no quiere que su corazón se vuelva una roca
A él lo lastimaron y quedó vulnerable
Vulnerable, pero no resentido, y por eso no se enfurece
Sólo quiere que lo comprendan
Empero no puede dejar de sentir repugnancia ante sus ojos
Falsos y traicioneros
Ver en ellos los brazos abiertos hacia él en el pasado
Una espada apuntándolo en el presente
Sus palabras no coinciden con su mirada
¿Es pecado eso?
¿Lo condenarán por sentir así?
Después de todo ¿qué hay que perder?
Cuando tu corazón está condenado al olvido, no existe peor condena.