lunes, abril 30, 2007

Esperanza.


A pesar del viento, ella salió con la vela entre sus manos.

Quizá se apagaba, quizá no,

Pero ella estaba ahí, entre la gente, colaborando,

sumándose a un pedido pandémico,

a alguien que quizá oyera, quizá no

sin embargo, ella estaba ahí parada.

De pronto, una ráfaga, apagó la luz,

y todos quedaron en silencio viéndola,

a ella, tan pequeña, pero tan iluminada

con una sonrisa inocente, y la vela entre sus manitos,

aún con luz.

Ella se llama: Esperanza.

martes, abril 24, 2007

Puntos suspensivos.

Apareces con el sol,
Que me lastima la vista con su luz.
Tu sombra va creciendo en el suelo…
Y caminas, y te acercas cada vez más.
El efecto permanece en mis ojos
Como al contemplar por horas un eclipse
La imagen se impregna en la retina.
Al fin logro visualizar algo
Lo primero, tu mirada…
Dios existe, los ángeles vuelan
Y tu mirada es, tu mirada es…
Tu mirada es el suspenso que encierra:
Las ansias, la angustia, la esperanza
Tres puntos… suspensivos…
Es el sentimiento que trato de descifrar
Antes de que tu boca me lo dicte.
Es el misterio de estar volando
En un mundo perfecto.

domingo, abril 15, 2007

Manos que hablan. (egocentrismo)

Apenas tomo una birome, se forma sola la pose de mi mano. Los dedos apretujados, sostienen con firmeza el elemento.
Dos ampollas son el resultado de tantas palabras escritas.
La posición de mis dedos al escribir es siempre la misma, por eso la fuerza de unos apollándose sobre los otros, generan aquellas dos apollitas, que indican mi pasión.
Una huella de algún corte lejano se hace presente en la llema de mi dedo medio. En forma de diagonal la atraviesa... y ahora que lo escribo esto, comienzo a dudar; apoyo la lapicera sobre la parte superior de la diagonal, de modo que al apretarla, se marca aún más el surco, presionado por ambos lados.
El mismo dedo como protagonista, es el dueño del anillo que el Ángel me regaló.
¿Las arrugas? Aumentan inevitablemente con los segundos.
Mi mano izquierda conserva las señales que denotan mi lado artístico. Mis dedos callosos debido al habitual contacto con las cuerdas de mi guitarra (guido). Al tacto se nota la dureza apenas trabajada.
Rodea mi dedo anular, una serpiente enrroscada traída de Perú. Mi horóscopo chino.
Algunas veces se deja ver mi pulserita de goma "Yo también" toda estirada. Que se escapa de mi muñeca para resaltar con su color sobre mi mano; roja, como el lazo con la vida.

Manos que hablan. (egocentrismo)

Apenas tomo una birome, se forma sola la pose de mi mano. Los dedos apretujados, sostienen con firmeza el elemento.
Dos ampollas son el resultado de tantas palabras escritas.
La posición de mis dedos al escribir es siempre la misma, por eso la fuerza de unos apollándose sobre los otros, generan aquellas dos apollitas, que indican mi pasión.
Una huella de algún corte lejano se hace presente en la llema de mi dedo medio. En forma de diagonal la atraviesa... y ahora que lo escribo esto, comienzo a dudar; apoyo la lapicera sobre la parte superior de la diagonal, de modo que al apretarla, se marca aún más el surco, presionado por ambos lados.
El mismo dedo como protagonista, es el dueño del anillo que el Ángel me regaló.
¿Las arrugas? Aumentan inevitablemente con los segundos.
Mi mano izquierda conserva las señales que denotan mi lado artístico. Mis dedos callosos debido al habitual contacto con las cuerdas de mi guitarra (guido). Al tacto se nota la dureza apenas trabajada.
Rodea mi dedo anular, una serpiente enrroscada traída de Perú. Mi horóscopo chino.
Algunas veces se deja ver mi pulserita de goma "Yo también" toda estirada. Que se escapa de mi muñeca para resaltar con su color sobre mi mano; roja, como el lazo con la vida.

viernes, abril 13, 2007

Serás lo que tengas que ser, o no serás nada.
San Martín.

miércoles, abril 11, 2007

El maestro y el discúpulo II.

A penas se escuchaban sus humildes suelas, golpear con las piedras que marcaban el camino hacia aquella ciudad virgen, donde aún el capitalismo no había llegado para arrasar con todo lo puro que quedaba.
El maestro y su discípulo caminaban en silencio aprendiendo sobre las voces de la naturaleza como cada tarde. Y como cada tarde, luego de aquella caminata, se sentaban en esa piedra grande, amiga, y oyente de tantas lecciones de la vida.
El joven muchacho se sienta primero y comienza a estirar sus músculos.
-Tu estado físico es peor que el mío- comenta el anciano.
-Si, lo sé. Pero además, hace varias noches que no puedo dormir bien. Creo que es por mi postura… duermo doblado. .
-¿Otra vez con eso? Espero que no hayas comprado ninguna hierba en la feria, no sabes si es mejor el remedio o la enfermedad.
-De todas maneras, no tomé nada. Me duele mucho la espalda, como si tuviera los músculos atrofiados.
-Ya me habías hablado de eso muchacho, pensé que se te había pasado.
-No… sólo que me acostumbré a vivir así.
-No debes acostumbrarte a lo mediocre, no es vivir entonces, sino sobrevivir.
-¿Pero qué puedo hacer? Cada mañana, me despierto con dolor de espalda y no hago más que estirar mis miembros, a cada rato, pero el dolor prevalece.
-Debes buscar más profundo. Es muy superficial lo que haces. La vida es una lucha constante, si te rindes en las pequeñas cosas nunca llegarás a nada grande.
-No sé a donde te diriges, y no quiero ser grosero. Pero es solo un dolor de espalda.
-Eso es lo que crees… ¿Un dolor de espalda constante que nunca se va, no es nada? Yo creo que sí… piensa.
-No me obligue- le suplica el muchacho- no comprendo.
-Piensa- insistió el sabio- Te ayudaré… ¿Recuerdas aquello que te dije acerca de la sumisión?
-Siempre. La sumisión es como una batalla perdida… como un pedazo del alma que s desprende. Rendirse en la vida.
-Exacto. Y creo que sabes por qué te lo dije.
-Por supuesto. Yo mismo acudí a usted, como siempre que me surge un problema.
-De todos modos eres tu mismo el que los resuelve- le dio unas palmaditas con su arrugada mano, en la espalda dolorida del joven- Ese día, noté la presión en tu rostro y te pregunté qué era lo que pasaba. Me contestaste que estabas nervioso pues tenías que tomar una decisión y como cada vez que te encuentras en esa postura, tu alma se tensó. Porque se te hacía difícil decidirte y eso es porque analizas demasiado las opciones que tienes y las consecuencias de cada una de ellas- El chico abrió la boca para acotar algo, pero su maestro se adelantó- si, ya sé que yo mismo te enseñé a pensar siempre antes de dar un paso… pero no tienes que pensar por los diez pasos que darás. Tiempo al tiempo.
-Creo que ya sé lo que me quiere decir.
-¿Lo ves? Apuesto cualquier cosa que sigues sintiéndote igual, cada vez que debes tomar un camino entre dos.
-Siento que es inevitable.
-Pues no lo es. ¿Sabes que son los dolores en tu espalda y el insomnio del que sufres? Esos dolores, son todas las presionas a las que tú mismo te sometes, que se juntan y como no las dejas salir, se van acumulando en tu espalda, tal cual como cualquier bolso que cargas de piedras. ¿No lo sientes así? Y aquel insomnio son los pensamientos que continúan en la vigilia, rondando por tu inconsciente. Aprende a quitártelos de encima, pues no se irán con el viento.
-Es increíble como logras transformar un dolor muscular en un problema del psiquis.
-Y tu muchacho… como logras transformar un problema del psiquis en un dolor muscular. ¡La juventud de ahora!

martes, abril 10, 2007

Tangazo.

El día que me quierasMúsica: Carlos Gardel Letra: Alfredo Le Pera
Acaricia mi ensueñoel suave murmullo de tu suspirar. Cómo ríe la vida si tus ojos negros me quieren mirar. Y si es mío el amparo de tu risa leve que es como un cantar, ella aquieta mi herida, todo todo se olvida. El día que me quieras la rosa que engalanase vestirá de fiesta con su mejor color. Y al viento las campanas dirán que ya eres mía, y locas las fontanas se contarán su amor. La noche que me quieras desde el azul del cielo, las estrellas celosas nos mirarán pasar. Y un rayo misterioso hará nido en tu pelo, luciérnaga curiosa que verás que eres mi consuelo. El día que me quieras no habrá más que armonía. Será clara la aurora y alegre el manantial. Traerá quieta la brisa rumor de melodía. Y nos darán las fuentes su canto de cristal. El día que me quieras endulzarán sus cuerdas el pájaro cantor. Florecerá la vida, no existirá el dolor.La noche que me quieras desde el azul del cielo, las estrellas celosas nos mirarán pasar. Y un rayo misterioso hará nido en tu pelo. Luciérnaga curiosa que verás que eres mi consuelo. Letra completa cantada por Carlos Gardel en la grabación original realizada el 19 de marzo de 1935, con el acompañamiento de su orquesta. Fue utilizada en la película que él mismo protagonizó, también titulada "El día que me quieras".
Dios, ¡Cómo me enferma este tema! en el sentido que me vuelve loca. Es el primer tango que me aprendí, desde chiquita, y lo adoro... igual... Nada como el tango. Je.

miércoles, abril 04, 2007

La otra cara de la moneda...

PINK FLOYD LYRICS
"The Post War Dream"tell me true tell me why was Jesus crucifiedis it for this that daddy died?was it for you? was it me?did i watch too much t.v.?is that a hint of accusation in your eyes?if it wasn't for the nipsbeing so good at building shipsthe yards would still be open on the clydeand it can't be much fun for thembeneath the rising sunwith all their kids committing suicidewhat have we done maggie what have we donewhat have we done to englandshould we shout should we scream"what happened to the post war dream?"oh maggie maggie what have we done?
Pequeño dato:
Margaret Thatcher (Maggie, en la canción). Primer ministra británica entre el 79 y 90. (¡¡Fah!!)
Fue quien dio la órden de hundir el crucero General belgrano.