Aprendí a hacer cajitas de papel. Y no puedo dejar de hacerlas; de todos los colores y de todos los tamaños.
Hay una que hice para vos, pero todavía no te la voy a dar. Porque lo importante es lo de adentro, y la estoy llenando de a poco.
D, A, Bm, F#m, G, D, G, A… “tu amor es mi enfermedad, soy un envase vacío”
Controlo las ganas de tirártela por la cabeza. Se anidaría en tus cabellos con toda la intención de entrar en tu sueño REM, para interrumpirte la tranquilidad, en venganza dulce. La curiosidad; de saber tus disparatados oníricos y la posta de tu erección peniana, y cuánto de protagonismo tengo yo en todo eso.
Vos y yo, como colores complementarios que se reducen al simple echo de ser un insulso contraste para la retina. ¿Entendés? check point, o much point o check in.
La vuelta a la lo bueno o lo bueno a la vuelta, no me adviertas porque tus palabras salen brillando. Y lo mejor es la tibieza de tu color.
Adentro te guardo una confesión; siempre te vas a perder mis mejores sonrisas porque son las que me robás, en el último momento en que giro para alejarme de vos. Hacés tuya mi sonrisa, y eso es porque ya estás adentro.