No fue una elección,
fue una corazonada.
La sentí.
Esta vez no,
esta vez es distinto.
Hoy lo sé y te elijo
a pesar de que también lo siento.
Sé que sos el mejor.
Lo vi en tus ojos
y en tu espíritu.
Nadie te supera
porque cada día luchas
por superarte a vos mismo.
Mi orgullo no es mi profesión
ni lo que sé hacer,
mi orgullo no es mi sexualidad
aunque bien podría.
Mi orgullo es la patria,
la patria es el otro
y el otro sos vos.
Tu esfuerzo y tus ganas
de lo posible y lo imposible.
Lo supe el día en que te vi
en los ojos de ella.
La forma en que le agarrabas la mano...
Y Regina parecía no querer sortártela nunca.