martes, julio 18, 2006

AMIA

18 de julio de 1994, 9:53 a.m. ¡PUM! Se escucha la detonación de la amrgura. De lo antihumano.
Un bomba puesta en la entrada de la Asociación Mutual Israelita Argentina.
18 de julio de 1995... silencio
18 de julio de 1996... silencio
18 de julio de 1997... silencio. Silencio por duelo. La justicia también está de duelo... seguía sin dar respuestas.
18 de julio de 1998... silencio
18 de julio de 1999... silencio
18 de julio del 2000... nuevo milenio, mismo silencio.
18 de julio de 2001... silencio
18 de julio de 2002... silencio
18 de julio de 2003... más silencio
18 de julio de 2004... ¿Alguien se acuerda?
18 de julio de 2005... silencio
18 de julio de 2006... El estallido se escuchó hace doce años atrás... solo quedan las ondas sonoras golpeándonos la mente... y otra vez el majestuoso silencio, de aquello que buscamos y no aparece. El silencio de las repuestas que esperamos eternamente escuchar.
¿Qué justicia se le puede dar a la familia de las víctimas que cayeron aquel día? Encontrar al culpable y matarlo, no les devolverá la vida de sus amados. Pero encontrarlo y que cumpla su castigo, sería lo más razonable... porque quién sabe cuántos nazis locos andan sueltos. Cuántos dementes caminan al lado nuestro.

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