martes, octubre 03, 2006

El maestro y el discípulo I

Corrían aquellos años en los que la humanidad continuaba progresando lentamente.
El aire era más limpio, los hielos más sólidos y aún no se mataba por petróleo.
El maestro y su joven discípulo volvían a caminar por el centro, como cada atardecer.
Se sentaron en el borde de la fuente que se situaba justo en medio de la feria comercial.
-¿Qué aprenderemos hoy?- inquirió el joven, que tenía en sus venas la sangre cargada de frenesí y necesitaba alimentar su organismo con aprendizajes.
-No lo sé- contestó muy seguro el maestro. El maestro era anciano, y ya tenía sus años… No sabía escribir, no sabía leer, no sabía sumar ni restar… pero había habitado tantos años en la tierra que no se decidía a dejarla… había aprendido a esquivar las malas pasadas que la vida le jugaba y con los años, hasta se había hecho compañero de la muerte en los partidos de ajedrez- Mira, observa, contempla y aprenderás lo que quieras… pero no es fácil… debes tener una mente clara y una mirada profunda, debes aprender a mirar más allá de lo concreto para aprender que: Que no lo veas no significa que no esté- su alumno lo miraba intrigado, el anciano se había quedado congelado.
-Ese es el muchacho que el otro día robó las manzanas- Acotó en seguida el aprendiz señalando otro muchacho que se acercaba cabizbajo a la góndola de las frutas.
-Para señalar, debes antes aprender a señalarte a ti mismo… cuando lo hagas, descubrirás algo importante.
-¿Qué?
-Si te lo digo, perderá la magia. Limítate a observar al niño en silencio. Presta atención.
Obediente hizo caso al gran sabio. Permaneció en silencio contemplando la imagen, hasta que aquel muchacho se marchó del lugar con una bolsa cargada de frutas en la mano.
-No entiendo- dijo confundido.
-Por eso te advertí que prestaras atención.
-Y lo hice… pero… ese chico le robó y después le regala todo eso.
-¿Por qué crees que lo hizo? Algún motivo debe haber, el vendedor no es un idiota.
-Lo parece.
-Piensa… ¿Qué crees que vino a hacer el muchacho aquí otra vez?- el discípulo se encogió de hombros- Vino a pedir disculpas, tal vez a dar su explicación.
-Con eso llego a la conclusión que el vendedor es un completo estúpido. Más allá del problema que haya tenido, es un ladrón ¡Y robo! ¡A él! ¿Y después se gana un premio por disculparse? Mucha gente tiene hambre y no todos hurtan.
-Es un ladrón… pero un ladrón arrepentido. ¿Y sabes qué? Reconocer que cometimos una falta, tomar valor, arrepentirse y pedir disculpas, es casi un acto heroico, si no fuese porque el principio es malo. Pero sí debe premiarse, y parece que nadie lo sabe, o todos se pusieron de acuerdo con olvidarlo.
La culpa, lleva al arrepentimiento, y éste último a pedir disculpas. La culpa es una virtud… es como escuchar a Dios, como ver otras dimensiones, es una virtud que muy pocos apremian.
Pedir perdón es para valientes. Piensa ¿A quién le gusta sentirse culpable? No es para nada placentero… uno puede saber que lo que hizo esta mal, y sentirse orgulloso por ello, otros en cambio, sienten la plomada del bien, que cuando deja de estar en equilibrio con el mal, se llama: CULPA, REMORDIMIENTO. Sentir la responsabilidad de un sufrimiento ajeno… no es agradable. Por eso no todos sienten la culpa, solo algunos la perciben. Y está en la víctima, en el perjudicado decidir si sanar un alma arrepentida o condenarla.
¿Tú qué harías? ¿Trataría por igual a un ladrón orgulloso y a un ladrón arrepentido? Piensa bien… no los estoy excusando ni cubriendo, no malinterpretes mis palabras.
Ahora bien, lección del día: Aprende a no ser un loro parlanchín y hablar por el solo hecho de que la saliva es gratuita… puedes lastimar a las personas si hablas sin sensatez, con ignorancia o por estupidez… simplemente para rellenar el aire. La gente que no se da cuenta de nada es la misma que no siente la culpa, no recibe los estímulos para conmoverse, para apiadarse… son ciegas porque tampoco quieren ver… son sordas porque tampoco quieren escuchar… son verdaderamente discapacitados. Si vas a hablar saca afuera las palabras justas y precisas, recuerda que el silencio es mucho más saludable que una vagas palabras que salen sin una clara visión de lo que juntas quieren decir.

1 comentario:

Anónimo dijo...

AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
ES LA SEGUNDA VEZ QUE ME PASA!
TENIA EN MI MENTE QUE HABIA FIRMADO ESTE CUENTO!
LO ESCRIBISTE VOOS??
ES INCREIBLE
SOS UN GROSO
SOS UN CORSO
JAJAJA,, FRASE QUE DIJO MI MAMA AYER,, Y SI, POBRE, VISTE?
IGUAL ME ENCANTAN ESAS FRASES
FAUYFUAYU ME DUELE ELCOSTADO
TENGO QUE IR AL MEDICO
:S
Y ME TENGO QUE DAR LA VACUNA CONTRA LA RUBEOLA
CAGUEE
TE QUIERO JULIIIIIIIIIIIIIII
HASTA EL CIELO REQUETE CONTRA
UN BESO ENORRME
TE PARTO EN OCHO COMO A UN QUESO MAR DEL PLATA ESTACIONADO EN EL MANQUEL DE NECOCHEA Y QUE LO CUIDA UN NEUQUINO QUE SE QUEDO ENANO Y SE LE JUBILARON LOS ABUELOS
UOOOOOOOO
LA VIDA, ME SABIA LA VIDA
JAJAJA,, RE PSICOPATA
:O RE NARCO
JAJA,
SOY UNA MIERDA
ME VOYYYAGE
UN BESITO GRANNNNDE GRANNNDE