miércoles, octubre 25, 2006

Stand by me.



Gordie:Ok, Mickey es un ratón, Donald un pato, Pluto un perro... Pero qué es Goofy?

Ja!! Buena pregunta, creo que toda la vida nos lo preguntamos y hasta hoy nadie tiene la respuesta.
Esta es una de las más linda películas que vi.
Aventura, suspenso, drama... y una sobredosis de amistad.
Una película llena de ternura... donde cuatro amigos comeinzan su aventura, como un juego... en busca de un cadáver, solo para recibir la recompensa. Pero en ese viaje aprenden y descrubren juntos cosas mucho mas valiosas que los billetes de la recompensa. Al final, solo Vern recibe dinero... a penas encuentra en el piso una moneda.
Porque la valentía de Chris, los cuentos y la seguridad de Gordie, la locura de Teddy y las palabras de Vern fueron suficientes para que el viaje sea fantástico, para que la amistad entre ellos resplandeciera por completo.

*I never had any friends later on like the ones I had when I was twelve. Jesus, does anyone?* Esto es lo que escribe Gordie al final.

Después de todo, creo que todos nos acordamos de esos amigos que tuvimos a los 12 años... con quienes compartimos demasiadas risas, algunas peleas, muchos juegos, travesuras, aventuras en exceso. Y por todo eso, van a quedar por siemrpe en nuestras memorias... o por lo menos en la mía... Y sé que en la de Aki también porque me lo dijo el otro día.

Stand by me.
When the night has come. And the land is dark. And the moon is the only light we'll see. No I won't be afraid. Oh I won't be afraid. Just as long as you stand, stand by me. So darling, darling stand by me. Oh, now, now, stand by me. Stand by me, stand by me. If the sky that we look upon. Should tumble and fall. And the mountain should crumble to the sea. I won't cry, I won't cry. No I won't shed a tear. Just as long as you stand, stand by me. And darling, darling stand by me. Oh, stand by me. Stand by me, stand by me, stand by me. Whenever you're in trouble won't you stand by me. Oh, now, now, stand by me. Oh, stand by me, stand by me, stand by me...

Stand by me.

lunes, octubre 23, 2006

Andrés.

Cuando creías que el mundo se te venía a bajo, que todas las luces se extinguían, aparece una última que ilumina tu vida nuevamente y la renueva.
Esa luz puede ser una persona, un dibujo, una carta, una letra, una palabra, un sonido, una canción, una mirada, una sonrisa... un Andrés.
Andrés tiene la piel blanca y suave como un delicado papel de carta... tiene unos ojos profundos, indescriptibles, tan potentes que lograrían hacer brillar un agujero negro... su cabello también brilla... amarillo, como el oro, sin ese toque materialista sino infantil, todo despeinado. Su sonrisa es lo que más me gusta de él, es increíble. Como una dulce melodía que lentamente colma los lugares silenciosos y los decora con una tibbia briza de notas musicales que llenan de paz a las personas que se encuentran allí.
Desde la primera vez que lo vi, algo en su personita atrapó mi mirada... con apenas seis años ya tenía ese potencial de hacerme sentir bien cada vez que lo veía y me sonreía.

Rápido como la luz, transparente como cualquier niño.
Me es irresistible dejar de mirarlo con una sonrisa, porque noto algo especial en su aura... en algunos casos, nuestras miradas se cruzan... en ese momento, veo en sus ojos, las alas de las hadas, los gorros de los gnomos, las pupilas de los unicornios... puedo oler los jardines llenos de florecidos nardos, y es ahi cuando automaticamente con su sonrisa me invita a ese mundo ya olvidado del cual me habían prohibido la entrada por negarlos... y levemente, comienzo a soñar...

martes, octubre 03, 2006

El maestro y el discípulo I

Corrían aquellos años en los que la humanidad continuaba progresando lentamente.
El aire era más limpio, los hielos más sólidos y aún no se mataba por petróleo.
El maestro y su joven discípulo volvían a caminar por el centro, como cada atardecer.
Se sentaron en el borde de la fuente que se situaba justo en medio de la feria comercial.
-¿Qué aprenderemos hoy?- inquirió el joven, que tenía en sus venas la sangre cargada de frenesí y necesitaba alimentar su organismo con aprendizajes.
-No lo sé- contestó muy seguro el maestro. El maestro era anciano, y ya tenía sus años… No sabía escribir, no sabía leer, no sabía sumar ni restar… pero había habitado tantos años en la tierra que no se decidía a dejarla… había aprendido a esquivar las malas pasadas que la vida le jugaba y con los años, hasta se había hecho compañero de la muerte en los partidos de ajedrez- Mira, observa, contempla y aprenderás lo que quieras… pero no es fácil… debes tener una mente clara y una mirada profunda, debes aprender a mirar más allá de lo concreto para aprender que: Que no lo veas no significa que no esté- su alumno lo miraba intrigado, el anciano se había quedado congelado.
-Ese es el muchacho que el otro día robó las manzanas- Acotó en seguida el aprendiz señalando otro muchacho que se acercaba cabizbajo a la góndola de las frutas.
-Para señalar, debes antes aprender a señalarte a ti mismo… cuando lo hagas, descubrirás algo importante.
-¿Qué?
-Si te lo digo, perderá la magia. Limítate a observar al niño en silencio. Presta atención.
Obediente hizo caso al gran sabio. Permaneció en silencio contemplando la imagen, hasta que aquel muchacho se marchó del lugar con una bolsa cargada de frutas en la mano.
-No entiendo- dijo confundido.
-Por eso te advertí que prestaras atención.
-Y lo hice… pero… ese chico le robó y después le regala todo eso.
-¿Por qué crees que lo hizo? Algún motivo debe haber, el vendedor no es un idiota.
-Lo parece.
-Piensa… ¿Qué crees que vino a hacer el muchacho aquí otra vez?- el discípulo se encogió de hombros- Vino a pedir disculpas, tal vez a dar su explicación.
-Con eso llego a la conclusión que el vendedor es un completo estúpido. Más allá del problema que haya tenido, es un ladrón ¡Y robo! ¡A él! ¿Y después se gana un premio por disculparse? Mucha gente tiene hambre y no todos hurtan.
-Es un ladrón… pero un ladrón arrepentido. ¿Y sabes qué? Reconocer que cometimos una falta, tomar valor, arrepentirse y pedir disculpas, es casi un acto heroico, si no fuese porque el principio es malo. Pero sí debe premiarse, y parece que nadie lo sabe, o todos se pusieron de acuerdo con olvidarlo.
La culpa, lleva al arrepentimiento, y éste último a pedir disculpas. La culpa es una virtud… es como escuchar a Dios, como ver otras dimensiones, es una virtud que muy pocos apremian.
Pedir perdón es para valientes. Piensa ¿A quién le gusta sentirse culpable? No es para nada placentero… uno puede saber que lo que hizo esta mal, y sentirse orgulloso por ello, otros en cambio, sienten la plomada del bien, que cuando deja de estar en equilibrio con el mal, se llama: CULPA, REMORDIMIENTO. Sentir la responsabilidad de un sufrimiento ajeno… no es agradable. Por eso no todos sienten la culpa, solo algunos la perciben. Y está en la víctima, en el perjudicado decidir si sanar un alma arrepentida o condenarla.
¿Tú qué harías? ¿Trataría por igual a un ladrón orgulloso y a un ladrón arrepentido? Piensa bien… no los estoy excusando ni cubriendo, no malinterpretes mis palabras.
Ahora bien, lección del día: Aprende a no ser un loro parlanchín y hablar por el solo hecho de que la saliva es gratuita… puedes lastimar a las personas si hablas sin sensatez, con ignorancia o por estupidez… simplemente para rellenar el aire. La gente que no se da cuenta de nada es la misma que no siente la culpa, no recibe los estímulos para conmoverse, para apiadarse… son ciegas porque tampoco quieren ver… son sordas porque tampoco quieren escuchar… son verdaderamente discapacitados. Si vas a hablar saca afuera las palabras justas y precisas, recuerda que el silencio es mucho más saludable que una vagas palabras que salen sin una clara visión de lo que juntas quieren decir.

lunes, octubre 02, 2006

Despiertame así.

Todo parece estar aún confuso... las imágenes, las ideas, los hechos... se vuelven turbios como las aguas del Río de la plata manchadas con sangre inocente.
Nací en el 89 y estoy alejada, pero no ajena a la herida que sufrió la Argentina en los años de proceso.
Aprendí muchas cosas en los libros de historia argentina, pero así como en la historia universal, es insuficiente redactar lo ocurrido en aquellos años. ¡Tantas cosas que no están dichas! ¡Tantas atrocidades que dan vergüenza enseñar! ¡Tantas lágrimas que no alcanzan para calmar… para cansar los corazones destrozados que aún contienen esperanza!
La represión fue como todo en la vida: Hay gente que la vivió, que la padeció y pereció en el intento de seguir sus instintos y sueños de progresar… Hay gente que la vio de cerca, fue testigo de algún hecho, conoció a algún desaparecido o hasta logró escapar y salir con vida de alguna detención clandestina… Hay gente que sabía lo que estaba pasando, conocía aquellos actos que manchaban la tranquilidad del pueblo, pero solo los escuchaba, como un chisme proveniente de algún lugar lejano… Hay gente que ni se enteró… Y lo peor: Hay gente que todavía no sabe nada. Eso es lo que tenemos que corregir.
Y yo, ya les dije… con 17 años ¿Qué puedo saber? Yo no lo viví, pero conozco las secuelas que siguen vivas hasta hoy… y muchas van a tardar en DESAPARECER.
Durante esos años oscuros, la vidas de muchos cambió para siempre… ¿o debería decir para Nunca? Sí, eso es… para Nunca… porque fue en esas fechan, cada uno sabe, en las que el reloj dejó de funcionar y se detuvo el tiempo.
Sueños familiares completamente rotos. Familias destruidas e incompletas. Portarretratos con gente que ya no estaba.
Porque por cada familiar que desapareció, fue como si la puerta al mundo cotidiano de cada familia fuese violada.
Como cualquier familia, que tiene metas, sueños, ilusiones… pensamientos acelerados… imágenes y deseos para un futuro, claro, siempre mejor… Pero para ellos, el futuro nunca llegó. El tiempo se detuvo y permaneció parado por siempre.
Por eso aún están las madres que conservan los cuartos de sus hijos tal como lo dejaron. Conservan sus ropas con el último talle de prenda que usaba. No escuchan la música pop actual, sino que continúan escuchando sus discos, aquellos grupos que sonaban en esa época, y que también tuvieron que fugarse del país para poder seguir viviendo. El recuerdo más fuerte están en sus fotos… imágenes congeladas en tiempo y espacio… algunas en blanco y negro, otras en color… usando las prendas y los peinados de esa época… todo indica que el tiempo se detuvo desde el momento en que el mundo de esas familias se invadió y la seguridad de que todo podía reestablecerse desapareció por completo… en un matorral, en algún mar… en algún lugar se esfumó y solo quedó la duda, la bronca, la lucha y la esperanza.
Despertar de esa pesadilla, es lo que piden la mayoría… despertar sintiendo la tibia caricia de sus hijos, de sus padres, de sus nietos, de sus abuelos, de sus esposos, de sus esposas, de sus hermanos, de sus tíos, sobre las mejillas.
¿Aún se puede soñar con eso? Solo espero que las ganas de soñar, nunca Desaparezcan.