martes, marzo 24, 2009

Carta abierta a Julieta, en Verona

A mi tocaya, te escribo solo para confesarte, uno de los amores más puros y verdaderos que puede llegar a sentir el ser humano. Me corrijo, un amor real. De los que se pueden tatuar, sin temor a querer borrarlo luego. O de los que no se tatúan porque quedan inscriptos en lo más hondo del corazón. Un amor, pareciera abstracto, pero firme. Mi amor es mi patria, porque así lo pienso. Mi pasión es mi patria, porque así lo siento. Sacando las estupideces que se me vienen a la cabeza, de mi Romeo ideal, con su ambo, sus rulos negros, ojos marrones bajo las tupidas cejas oscuras… yo pienso… cómo formaría un Romeo ideal… mmm… no lo sé… por empezar le cambiaría el nombre, y así empezaría a cambiar la historia. Podría llamarse Cruz… Juan Cruz, quizá. ¿El resto? Sus características… Y… sin dudarlo mucho, haría una mezcla de los 4 héroes que más admiro, y que oh casualidad amaban mi patria. Algo de José Panchito y sus patillas, un poco de Manuel, de René y de Rodolfo. Es una locura, como el aire del mundial, donde todo transpiramos la camiseta y el tiempo se detiene, y las calles se desnudan. Es eso, la pasión. Como la vez que llegué a idolatrar tanto a Rodolfo que pensé que lo amaba. Lo recuerdo risueña. Más de los poemas que le puede haber dedicado a Yeyo, Facu o Clau, muchísima más dedicación. Llegué a delirar y soñar que era mi profesor… la historia es conocida, y nunca culminó… nunca pude preguntarle si de verdad era él, porque los ojos verdes de Pocha no inspiraban comprensión. Dudaba en mi inseguridad, cuando mi organismo decidió ponerle fin al asunto y ahí me desperté.Es tierno, cuidar un amor así. Un amor compartido del cual uno nunca se pondría celoso. Es amar el cielo, es amar el sol…
¡Ay Julieta! ¡Hay tantas cosas que cambiar para comenzar a mar!Es un compromiso y es la lealtad que juramos el día que todos recuerdan a Manuel, que mira desde los sucios billetes de diez. Es el amor, que tanto defendió José Panchito, con el corazón tirando para los afectos, pero el espíritu seguro de sus ideales… de lo que tendría que ser para no ser nada. Con el alma entera y los pulmones destruidos. ¡Ay Julieta! No es bueno que suspire tanto… pero soy idealista… si todos amásemos de esa forma, si todo aprendiéramos a amar… las cosas de hoy no sucederían. Es difícil… Es complicado… pero hay que tomar el camino del cambio. Moneda por moneda, abandonar el billete. Cambiar la mente, desde lo profundo.
Una guitarra y un buen mate, es lo que amo. Ellos, que pisan esta tierra, son lo que amo.

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