sábado, mayo 23, 2009

Un segundo...

Un segundo. Sólo un segundo de furia, porque dos serían una exageración.
Es plantar demasiada cólera, entre algunas notas del piano de Nino.
Ya. Lo vuelves a hacer.
Es lo que no quieres decir, lo que intentas ocultar.
Vuelves, en un segundo… en un segundo te duermes.
En un segundo, despiertas, en un segundo lloras y gritas.
En un segundo festejas.
En un segundo, recuerdas… toda tu vida. Ries.
Ya. No lo puedes creer.
Todo se da vuelta, todo gira, todo cambia.
Es la política del doble sentido.
O un chupetín.
En un segundo, decides. En la urna, tu elección. ¿En el cargo, la de todos?
Ya. Sales, un segundo.
En un segundo, giras la llave.
¿Un segundo antes de que todo acabe te acuerdas de ella?
En un segundo pisas mal, y te caes al suelo.

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