viernes, abril 23, 2021

La nena.

Miles de veces lo tuve que hacer, y no lo pensé, hasta que te imaginé hija. 
Es una advertencia, para que después no digas que te traicionamos. 
Cuando vos apenas nazcas, en ese mismo instante que confunde tiempos verbales,,, cuando termines de nacer, en fin cuando me atravieses, vidita: todo va a ser espantoso. Por suerte, no se si para vos, pero va a pasar muy rápido. 
Será lo menos violento que se pueda, y tal vez no haya otra forma. 
Vas a escuchar de golpe muchos ruidos extraños, y sentir frío. Es el cambio climático de pasar de mi vientre, al exterior. Una mano amiga te va a estar frotando con ganas la espalda, y agradezco que no sepas putear como tu madre en ese momento... aún. Muchos ojos van a estar observándote, impacientes, expectantes. Pero eso no es lo peor. 
No vas a tener segundos de haber nacido que ya vamos a esperar todo de vos. Vamos a estar esperando de hecho, muchísimo. Pero sé de donde venís hija. Discúlpanos de antemano por exigirte siempre tu máximo potencial, porque asi será. Nunca menos. Hasta donde puedas, pero que sea lo mejor. Y vamos a estar siempre acompañándote... aunque nuestra guía seas vos. 
No te vamos a presionar, pero vamos a esperar que salgas como una campeona. Que rujas, que briles... y sobretodo, que llores. 
Yo sé que es mucho para alguien que recién está aprendiendo a respirar. Sé que te pido mucho hija, pero llorá con energía. Llorá con vida.
Si podés, mové tus bracitos y piernitas. 
Cero puntos hija, el color de tu apgar. Jamás rosita. Porque no hay número capaz de puntuar la increíble combinación de colores que va a llevar tu luz. 
Sé valiente hija, llore si es necesario. 
Es un mundo loco al que vas a venir, eso sí. No te preparamos nada, porque cuando estés acá... va a cambiar por completo.

No hay comentarios.: