miércoles, julio 05, 2006

Je t´aime tellement.


Y vuelvo a mirar, y veo crecer mi deuda con estos ángeles, que han dedicado una vida entera para poder crear una luz en la oscuridad, por tantas cosas, gracias una vez más, gracias una vez más.
Mucha gente dice que los amigos, son como los ángeles que Dios nos manda para que nos cuiden en la tierra.
Por suerte estoy llena de criaturas aladas que de ocupan de mí, que no me dejan sola, que me hacen compañía.
Claro que varios de ellos, ya volaron… ¿Qué más da? Los que están conmigo siempre son lo que verdaderamente me importan… Y los que se van, pero siempre vuelven.
Podría estar hora escribiendo, sobre cada uno de ellos, porque por suerte, no me privaron los amigos. Como dice uno de mis ángeles de rizos verdes “Tengo los suficientes” Y si, es así ¿Para qué más? ¿Para qué menos?
Es difícil saber como empieza una amistad, por lo general, no empieza, solo surge.
En una unión de almas donde se ven como iguales, se escogen para acercarse. Ahí comienza la comunicación. La comunicación es lo más importante, qué pena que se esté perdiendo cada vez más. La comunicación ante una persona de la cual deseamos su amistad, comienza con una invitación… porque la comunicación es eso… una palabra, un saludo, una mirada, un gesto, un intercambio mutuo, una caricia…
Luego de eso, si hay una aceptación y con el tiempo, los hechos te llevan a definir aquella persona como amiga; una marca imborrable se adhiere a nuestro corazón. Como un tatuaje difícil de quitar.
La experiencia y los años, demuestran que las almas de los amigos recorren la vida en un mismo sentido, siempre cuidando de la otra.
Me preguntaba por qué a veces los amigos dejan de hablarte, de saludarte… de comunicarse. ¿Es por algo mío? ¿O por algo de esa persona? Pensé que quizá, como el mundo de hoy es tan superficial, tener que saludar a un bicho raro por la calle es vergonzoso. Pero esta estúpido e ilógico. Resolví que esas personas simplemente dejaron de ser tus amigos… Porque uno no tiene que sentir vergüenza de ellos, y como se los dije a mis amigas, hay que estar orgullosos de ellos.
Vuelvo tarde a mi casa, siempre después de alguna reunión con mis amigos, me meto en la cama… pero no me duermo enseguida, mi mente sigue allí, en mi hogar, en mi refugio, en ellos, mis angelitos. Porque es grato el momento, porque la alegría que descargo y que recibo es inmensa. Porque es mi paraíso en el mundo. Porque son mis amigos.
¿Tengo que decir quienes son? No me gusta dar nombres, pero… es necesario decir quienes son ellos, si son tan importantes en mi vida como dije…
¿Quién dijo que los ángeles eran rubios y de ojos celestes? ¡Qué lástima! Teoría inválida, mis arcángeles celestiales, elegantes, divinas: son cinco morochasas de pelo bien lacio y de corazón puro. Ellas son mi utopía terrenal… un complemento perfecto del mejor amigo… un cofre lleno de diamantes valiosos aún por conocer también.
Sus alegrías, sus cuestionamientos, sus noticias nuevas, sus amores, sus temores, sus locuras… todo eso que es de ellas, y en parte mío también.
Mi sol… mi Atlántida mitológica y perfecta, sin ceguera de vanidad. Comunicarme con vos, pero ¿Valió la pena, no? Una vez que me respondiste, sonaste :P. Siempre me escuchaste y leías lo que te escribía.
Mi hermanito, que ya sabe porque siempre se lo digo. Las distancias no degradan nuestro sentimiento compartido. Te espero en el aeropuerto de Ezeiza, inquieta, pero siempre te veo a vos. Cambia tu físico, pero tu alma de niño, siempre está intacta.
Mi señora Bananín. Mi querubín de rizos verdes, ya nombrada anteriormente. Mi
compañera de aventuras, de líos, de risas. La que me enseña a crecer, la que muestra la tal y como es para que el día que salga de mi mundo de ángeles, y ositos, el mundo no me muerda.
Mi señor Bananón. ¿O deberé decir Don Rata? Quien me bancó 14 de los 17 años que viví. Quien conoce mi alma. Quien me pinta el mundo de otro color, y me apacigua los golpes de la vida, porque conoce mi vulnerabilidad.
Mi viejita querida. La señora que se preocupa, que comparte emociones... Incondicional. Ella está en todo, siempre ocupándose de mí; su pequeña hija. ¿EC es eterno, verdad?
A todos ellos, lo mismo de siempre: Gracias una vez más.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Te adoro, sabelo, Marce. Las cosas que escribi son muy lindas, explayate, deci lo que sientas, DEMOSTRALO, la amistad hay que sentirla para poder reconocerla y entenderla... quien no sabe realmente lo que es la amistad... pobre de él.
TE ADORO, PUTA!!