Apenas tomo una birome, se forma sola la pose de mi mano. Los dedos apretujados, sostienen con firmeza el elemento.
Dos ampollas son el resultado de tantas palabras escritas.
La posición de mis dedos al escribir es siempre la misma, por eso la fuerza de unos apollándose sobre los otros, generan aquellas dos apollitas, que indican mi pasión.
Una huella de algún corte lejano se hace presente en la llema de mi dedo medio. En forma de diagonal la atraviesa... y ahora que lo escribo esto, comienzo a dudar; apoyo la lapicera sobre la parte superior de la diagonal, de modo que al apretarla, se marca aún más el surco, presionado por ambos lados.
El mismo dedo como protagonista, es el dueño del anillo que el Ángel me regaló.
¿Las arrugas? Aumentan inevitablemente con los segundos.
Mi mano izquierda conserva las señales que denotan mi lado artístico. Mis dedos callosos debido al habitual contacto con las cuerdas de mi guitarra (guido). Al tacto se nota la dureza apenas trabajada.
Rodea mi dedo anular, una serpiente enrroscada traída de Perú. Mi horóscopo chino.
Algunas veces se deja ver mi pulserita de goma "Yo también" toda estirada. Que se escapa de mi muñeca para resaltar con su color sobre mi mano; roja, como el lazo con la vida.
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