Un segundo. Sólo un segundo de furia, porque dos serían una exageración.
Es plantar demasiada cólera, entre algunas notas del piano de Nino.
Ya. Lo vuelves a hacer.
Es lo que no quieres decir, lo que intentas ocultar.
Vuelves, en un segundo… en un segundo te duermes.
En un segundo, despiertas, en un segundo lloras y gritas.
En un segundo festejas.
En un segundo, recuerdas… toda tu vida. Ries.
Ya. No lo puedes creer.
Todo se da vuelta, todo gira, todo cambia.
Es la política del doble sentido.
O un chupetín.
En un segundo, decides. En la urna, tu elección. ¿En el cargo, la de todos?
Ya. Sales, un segundo.
En un segundo, giras la llave.
¿Un segundo antes de que todo acabe te acuerdas de ella?
En un segundo pisas mal, y te caes al suelo.
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