Harto ya de alabar tu piel dorada,
tus externas y muchas perfecciones,
canto al jardín azul de tus pulmones
y a tu tráquea elegante y anillada.
Canto a tu masa intestinal rosada
al bazo, al páncreas, a los epiplones,
al doble filtro gris de tus riñones
y a tu matriz profunda y renovada.
Canto al tuétano dulce de tus huesos,
a la linfa que embebe tus tejidos,
al acre olor orgánico que exhalas.
Quiero gastar tus vísceras a besos,
vivir dentro de ti con mis sentidos...
Yo soy un sapo negro con dos alas.
1 comentario:
Iba en el tren y leí un capítulo de La bailarina de Izu que me hizo acordar a tu Diario de una tutuquera, por ser igual de lindo y parecido en lo que cuentan. El sábado o algún día te lo voy a mostrar porque lo tenés que leer. Te veré el sábado :) y doble! jaja, te adoro, cuidate Penny!
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