Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa decirle adiós a la microbiología y rebotar entre letras de Lemebel, Perlongher y Walsh, no tiene precio. Si esto no es la felicidad ¿qué será?
Gracias Mel por la data "desde el teatro San Martín, dándole la espalda, caminando hacia el obelisco, de la misma mano - derecha - hay un puestito de diarios" y gracias Eloísa Cartonera por editar tanto amor. Superlativo Rodolfo... ¿por qué tus palabras me saben tan a mías? ¿por qué no puedo evitar sonreírte y sentirte respirar entre los párrafos? Soy feliz cuando descubro que hay otros que te eligen. Yo no, ya no puedo elegirte. Esto no es como los cuentos de las Buenas noches, donde terminan: Y vivieron felices y comieron perdices. Punto final. Es más como un sentimiento eterno... en-cuentros suspensivos.
"La idea más perturbadora de mi adolescencia fue ese chiste idiota de Rilke: Si usted piensa que puede vivir sin escribir, no debe escribir" Rodolfo Walsh por Rodolfo Walsh.
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