Hasta
mañana, dijo él, con la voz suave apagándose, yéndose por los senderos de los
sueños.
Le vio cerrar los ojos y despedirse con una sonrisa. Luego se volteó.
Las huellas en el colchón todavía calientes, desprendían el aroma de su cuerpo.
Ella, compañera, decide seguirlo. Cierra sus ojos y apoya la cabeza en las
nubes…
… En la cocina mágica, se funden los ingredientes secretos; como la vainilla y
el chocolate. El olor al recuerdo más vivido de la tierna infancia, se abre el
apetito. Lo más importante es la dedicación y la dulzura en el arte de mezclar.
De unir los elementos: construcción y destrucción en armonía total. Desvelarse
y soñar. Volar y pisar firme. Comenzarse
y terminarse… las palabras, las caricias, los cuerpos. Promesa y juramento
sellados. Dejarlos levar en calorcito y llamaradas, en lava pura... Dos cuerpos
que se funden en el ardor, se confunden.
Hasta mañana es una promesa.
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