viernes, mayo 21, 2021

Semana de parto respetado

 


Gracias al servicio de Obstetricia del Hospital Zapala, por asistirnos y cuidarnos tan de cerca. 
Por retratar este proceso tan hermoso. 
Participamos de este video con algunas fotitos posando para mejorar el dolor durante el trabajo de parto. 
Nuestro trabajo de parto. Lo hicimos en familia, entre lxs tres. 

domingo, mayo 16, 2021

La parición.

 

15/5/2019
semana del parto respetado - hospital zapala, neuquen 

10/5/2021
mi parto respetado - hospital zapala, neuquen 

Confieso que he leído la biblia, no por gusto, sino por haber ido a una escuela religiosa y haber tomado la primera comunión. A pesar de eso, soy bastante ignorante pues no reconozco salmos, ni comprendo sobre génesis u apocalipsis o lo que sea. 
No quiero comenzar este texto con la frase "Respeto las religiones pero..." porque nunca terminan bien. Así que no lo haré. 
Simplemente descargaré en este, mi portal esta reflexión. Intentaré no ser ofensiva. 
Justo antes de parir y durante el embarazo, he recibido muchisimos mensajes de cariño y creo que ninguno fue mandado con mala leche. Más creo que hay un cambio generacional (y no sé hasta cuanto) pues hay frases que se repiten, a veces no entiendo bien con qué fin. He estado intentando analizarlas pues cuando las recibí si bien contesté mi parecer en mi mente quedaron dando vueltas... y supongo que son frases de antaño, frecuentes y comunes... de una generación (por no decir religión) con mandato patriarcal, que analizada en estos tiempos suena como un golpe... o al menos creo que ese fue el impacto que generó en mi.
 
Esto fue lo que encontré que dice la biblia en relación a algunos mensajes que recibi: A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. --> Genesis 3.16 

Como mujer, me parece una poronga esa frase, pero más poronga es repetirla. No se me ocurre en que contexto yo le diría a una embarazada algo relacionado con el dolor de parir o un mandato patriarcal...a menos que mi cabeza se haya quedado trabada en un tiempo prehistórico. 
No tengo religión. Me amo sobre todas las cosas y sobre el amor se basan las religiones. Mi familia es mi religión. La mayor fe la tengo en mi, sino en quién. Sino quién más me la tendría. Escribo y creo personajes. Amo y generamos viditai. 
Mi trabajo de parto fue mío y de nadie más. Fue acto de amor y poderoso. Fue doloroso, es verdad, pero yo tuve el control todo el tiempo. 
Cuando respiraba profundo en cada contracción, me daba ánimos. Pensaba "Vos podés, vos podés, seguí así" y pensaba también en que mi hija adentro mío lo estaba haciendo excelente así que le hablaba a través de mis pensamientos a ella. Por momentos rompía mi conexión, para escuchar la voz serena y amorosa de mi compañero que me besaba la frente y daba más confianza. Y muy por último plano, escuchaba a la obstetra (Emi) que nos acompañaba. 
A aquella compañera que esté gestando o esté por dar a luz, le diría: que puede elegir como hacerlo. Que el deseo es lo más importante. Y que todas las mujeres tienen un poder sobrenatural, no me canso de repetirlo. Usted compañera, siempre que quiera, puede! Es cuestión de confiar en una misma y no perder el control... porque cualquiera lo puede agarrar si se deja a la deriva. 
Doy gracias a la vida, por la mía. Por mi familia y mi historia. Por mi pasado, por mi presente y mi futuro. 

sábado, mayo 15, 2021

Diario de un embarazo en pandemia.

Embarazo; deseado siempre, planeado... no tanto. 
Controles interprovinciales, adecuados y suficientes. 
Factores de riesgo: ocupación de madre y padre. 



Primeras semanas de vida hija, trabajando en familia. A penas sabíamos de tu venida. 
Con anticuerpos anticovid los tres, con amor corriendo por las venas. 
En tiempos difíciles, cuando llamábamos a papá para internar pacientes, y lo aguantábamos en respi porque internación estaba a full. 


Pancita del Bolsón. Cuarto aislamiento del año y tal vez el más difícil de todos. 
El primer día de la madre, sin conocidos en 500 km a la redonda. Con la comida comprada en Zapala, aguantando en la heladera la cuarentena. 
Papá llamó por teléfono postguardia, con una energía tan increíble que pintó de colores esa soledad. "Feliz día de la madre amor" me dijo. Y me contó feliz que compró rosas para todas las mujeres de la sala de internación. 
Y yo, que me enamoro de él todos los días. 


Pancita de Buenos Aires y Buenos amores. 


Crecimiento y desarrollo, fotitos con la misma reseña "Buena guardia amor" 


Panza 


Zapán 


Por salud publica, se lucha. 
Marzo - Abril, meses de lucha. De marchas, de bombos. 
Marchamos con las tías feministas. 
Marchamos por la día de la memoria. 
Marchamos por los derechos de los trabajadores. 
Y cantamos con compañeros: la cumbia del hospital, y el tema de la Peve. 
Dialogamos con los camioneros, les compartimos nuestros alimentos. Algunos nos apoyaron, otros nos mandaron bien a cagar. 


En la calle y en la salita, se lucha, se lucha. 
Salita de esperanza, hogar y familia. 
Nadie nos puede cuidar mejor. 
Amor generalista <3 


Casi llegás el día del cumpleaños de Evita hija. 
Dijeron que ibas a ser pequeña, yo siempre supe que serás grande. 
Tu llanto como canción irrepetible. 
En estos tiempos de inducción, entre protocolo de covid que no paraba de sonar, escuchamos desde la sala de parto como venían de otros servicios a pedir multiparamétricos y bombas de infusión. 
Y mientras pensaba "Bienvenida a este mundo pandémico hija, perdón" 
En realidad me di cuenta que era ella quien me decía "Bienvenida vos mamá a este mundo. Desde este momento, ya no será lo que era" 





















domingo, mayo 02, 2021

La incoherencia

El ser humano es una de las pocas especies pensantes que inventa fechas para celebrar como excusa reunirse en familia y consumir, pero que luego le genera angustia pensando en aquellos cuyos familiares faltan o carecen de fondos económicos, entonces termina haciendo colectas y caridad para sentirse bien. 

¨La maternidad es un camino de incertidumbre"

Es curioso la emoción que genera la noticia de un embarazo. Se forma entre mujeres, que incluye madres y no madres, como una red de contención y sensibilización espontánea. Como una telaraña que se teje instantáneamente abajo tuyo. Y caen mensajes de amor, y hermosos deseos, y obsequios porque todo lo chiquitito es pura ternura, y muchos consejos y tips.
De golpe me escribe gente que no veo nunca, o no nos comunicamos muy seguido. Eso significa que basta las huellas en el corazón y no la cotidianeidad en el tiempo para los sentimientos verdaderos. 
Y en base a esto se abre un abanico de colores en torno a la maternidad. Y aprendo de todas. De las madres, de las no madres, de las figuras maternas, de aquellas que romantizan la maternidad, aquellas que la sufren a veces, de todas, en fin que hacen lo que pueden. Y las escucho, y hay cosas que me guardo para mí, y otras que pateo para otro lado. 
Cuán invasivos somos a veces al dar consejos para vida de otros, aunque sea sin mala intención. Sin ir más lejos, en las consultas médicas, damos miles de consejos entrometiéndonos en la salud y vida de otros, a veces de manera hegemónica, y por otro lado hacemos talleres de embarazo empoderando a las mujeres diciéndoles la verdad: que manden a cagar todas las sugerencias que rompen las pelotas. Hay cosas que solo una sabe, por instinto, por naturaleza, por lo que sea. Al final siempre las respuestas están dentro de una. 
Es que en realidad la maternidad es un concepto histórico-socio-cultural, es una construcción que la gente va a haciendo según el momento en tiempo y espacio determinado. Lo que en definitiva se resumen en un juicio de tu comportamiento ante los ojos de otros. Esos otros que crecieron en un mundo patriarcal. 
A lo que me refiero es que una siempre intentará ser mejor persona o es mala persona. Pero buena madre o mala madre, es una calificación que sólo se puede dar una internamente. El esfuerzo siempre es válido, así como los errores y el colapso mental. 
El autocastigo, la autoexigencia. La culpa... también es patriarcal. Los hombres no deben sentir culpa en relación a la paternidad supongo o lo hacen en menor medida. 
Esa es la madre que no quiero ser: La buena madre ante tus ojos, y bajo todos estos mandatos paleolíticos. 
Quiero seguir siendo yo, pero madre. Transformada, si. Con más responsabilidades si, pero sin romantizar la esclavitud. Manteniendo mis pasiones, y los tiempos... qué difícil los tiempos. Tiempo para mí, tiempo para la lactancia, tiempo para dormir y después para soñar, tiempo de pareja, tiempo para escribir o cantar con Guido, tiempo de actividad fisica, tiempo para trabajar, tiempo para las tareas del hogar compartidas, tiempo para crianza y tiempo para cultivar. ¿Es mucho tiempo o cabe en 24 hrs? 
Creo que así las madres se terminan convirtiendo en heroínas. 
Sin alienarme ni privarme de nada. Manteniendo mi camino. 
Quiero ser madre sin excusas de tiempo. (Y seguir compartiendo vida con los buenos amores de siempre)
La madre que quiero ser, soy simplemente yo. 

sábado, mayo 01, 2021

La antimuerte.

En esta época hay aplicaciones en los celulares, para buscar personas y hacer un match. Básicamente, gente que busca gente con distintos objetivos, puede ver fotos y una pequeña descripción de su persona y cuando uno toca la imagen salta un corazón que genera un aviso a ésta persona, y este enlace permite que puedan iniciar una conversación. Virtualmente, claro. Como si fuera poco, uno puede modificar el radio de distancia de estas personas a alcanzar, de manera que puede encontrarse vecinos, o gente que esté en ese momento a pocos metros. 
Pero todo esto ya lo saben. Es divertido, no lo voy a negar. Es como un folleto de natura donde ves el producto para consumir, y vas pasando el dedo. Una sola vez, mis amigos me lo bajaron al celu, pero no funcionó. Pusieron mal las distancias, me terminó escribiendo un brasilero y me aburrió. 
Todo esto es muy tecnológico, y estas cosas generan mucha ansiedad. 
Mi último match fue bastante distinto. Ni mejor, ni peor. A mi manera, siempre. 
¿Cuándo fue la última vez que escribiste una carta? Yo escribo todo el tiempo cartas. Mucho menos de las que me gustaría. A veces las escribo en mi mente y no las envío. A veces envío sólo algunos renglones para no ser tan carnaza. 
Decía entonces. A él, lo conocía del trabajo. Así que no tuve que poner ningún kilómetro de distancia. En realidad, esa la poníamos nosotros. El decía que no éramos muy cercanos (puteada), yo no me daba cuenta pero me encendía cuando estábamos juntos. 
Le conocía la cara, así que no necesité ver sus fotos. Sin embargo, me contó cosas de su vida. Y yo me imaginé esas fotos de su historia y las quise tocar, para que aparezca el corazón. 
Cuando me di cuenta que me quemaba por dentro cada vez que lo veía, lo hice. Le matcheé el alma. Le escribí una carta, se la dejé sin que se de cuenta en el bolsillo de la mochila el día que se iba de licencia por unos días a descansar. No stalkeé su album de fotos para ponerle un me gusta; le dejé mi corazón en esas letras. Intenté expresarle lo que yo sentía, a ver si le quemaban los ojos cuando lo leyera. 
Con convicción, como me la juego pocas veces, pero sin dudar. Cuando se trata del corazón no hay mucho que debatir, uno tiene que avanzar y salir triunfante o hacerse mierda y revivir. Cuando hay pasión, en lo que uno siente, en lo que uno hace hay que escribir cartas con fuego. Porque esas cartas son las que escribimos nosotros y no esperamos del destino. Y ahí jugarla toda. 
Como al hacer una inversión o apostar. Animarse (me gusta mucho esta etimología) a cambiar de amor, de trabajo, de lugar, de respirar, de actuar. A dar el primer paso. 
Estos pequeños pasos, que cuestan una bocha, que uno da temblando pero con convicción interna, es la antimuerte. La carta escrita con fuego, de la jugada maestra que va a marcar tu vida. 
Qué difícil igual, matchearse uno mismo, todos los días. Hay que hacer el ejercicio y contruir la imagen que nosotros mismos queremos. Hay gente que matchea a otros sin matchearse nunca a sí mismo. 
Hay gente que le pone un me gusta a las fotos de sus días, de sus relaciones, de sus rutinas... por costumbre. Esta es la antivida. 
En fin, como no era una aplicación, la respuesta la tuve después de varias semanas. Me rechazaron ¿Lo pueden creer? ¡A mí, mi amor, que soy alta diosa! ¡Se me hacía el difícil! O sea, que no me matcheó, me rompió el corazón. 
Pero yo siempre diva nunca indiva. Nada gente, le duró unas semanas. Chapamos en una fiesta (donde me tuneé para matchear todas las pintas de birra que hubiera) después de bailar cuarteto y nos tuvieron que despegar unos amigos porque colisionaron nuestras galaxias. Desde ese día, celebramos la vida que es una fiesta.