martes, septiembre 28, 2010

Ojalá que no nunca.

Ojalá que no tengas Rosa,
más dolor que tus propias espinas.
Ojalá que no entre Rosa,
insecto alguno a tu casita de cristal.
Ojalá que el Principito te riegue
siempre con algua del manantial.
Ojalá que no tengas Rosa,
que sentir nunca el dolor de una úlcera pudriéndonos la piel.
Ojalá que no tengas Rosa,
que sentir nunca el dolor de saber que el otoño seca las hojas.
Ojalá que no tengas Rosa,
que sentir nunca la soledad,
cuando se vayan los bracitos para el injerto.
Ojalá que no tengas Rosa,
que sentir nunca la traición
cuando la china se lleve todas las miradas.
Ojalá que no tengas Rosa,
que sentir nunca el vacío de mis primaveras robadas.
Ojalá que no tengas Rosa,
que ver nunca
mis lágrimas,
mis temores,
estas heridas.
Ojalá que no tengas Rosa,
que respirar nunca fuera de tu frasquito,
porque puede que el viento deje de soplar.
Ojalá que no tengas Rosa,
que sentir nunca esto que yo.
Ojalá que no Rosa,
caiga en vos esta realidad,
porque estoy cansada y no sé si podría soportar más aún tu dolor,
ni sería capaz de sostenerte.
Ojalá Rosa, que no tengas nunca más dolor que el tuyo mismito.
Ojalá Rosa, que sea así.
Ojalá Rosa... nunca sepas lo que mi opresión oculta.
Ojalá no tengas Rosa,
más dolor que el de tus propias espinas.

No hay comentarios.: