¿Acaso crees en verdad que me importa el camino que escojas?
Si los ángeles no tienen sexualidad,
O poseen la que desean.
Mi sonrisa te perseguirá,
Donde vayas, o si te quedas parada en el medio.
De mi mano verás sostener la manzana,
Mi deseo de buena suerte,
Y al diablo con los pecados absurdos.
Porque, es hermosa la escena bíblica,
Dónde el ángel Gabriel se le aparece en sueños
A la virgen María para anunciarle que en su vientre aloja al niño divino.
Pero la experiencia de descubrir desde otro punto de vista,
Al mismo protagonista es realmente increíble.
Cuando otro autor abre tu mente a otra posibilidad,
Puedes encontrar la belleza del mismo ángel pariendo a su hija.
Puedes ver el sol y enceguecer con aquella imagen.
O sentir que no hay tristeza más grande que la de Gabriel,
Cuando ve apagarse la luz de su hijo
Justo dentro de su útero.
Entonces el ángel Gabriel, se convierte en un nuevo símbolo de maternidad.
Dulce. Dulcísima. Como nadie nunca la imaginó.
En sus ojos se abre el cielo más azul,
Al ver entre sus brazos, su hija.
Gracias a mi compañera tortilla de huevo por protegerme siempre. Me divierto mucho.
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