Vete olor a muerte,
Llegas por las noches
Infiltrándote entre las rendijas,
Ocupas el espacio,
Y me llenas de dolor.
Vete olor a muerte,
Si no vienes a llevarme,
No me vengas a buscar.
Vete olor a muerte,
Te despido
Y no puedo sacarte de adentro,
Y si abro las ventanas
importa poco si el aire se detiene.
Los puños cerrados
Arrugan las sabanas.
Y me doblo, así es mejor,
No sé si pienso,
Naturalmente lo hago.
Vete olor a muerte,
Invades el lugar.
Me preguntas qué me duele,
¿Respirar?
No, no es eso.
Es presenciar como me vence.
No poder hacerlo.
Me guiñas el ojo.
Vivimos aún,
Incluye el silencio de,
Cada suspiro,
Es un paso hacia la muerte.
Vete fragancia fatal,
Tu óleo o tus especias,
Acaban por enfermarme.
Soy débil, si
Incluso un ácaro me puede matar.
Más no caigo, no
Mi lucha, es mi aire.
Yo no soy poeta;
Septiembre no me mato.
Son tan patéticos mis intentos de poesía...
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