sábado, octubre 16, 2010

Sr. Yoriko

(Sí, tengo un ojo super más chico que el otro)
Que genial el día de la madre... buen invento comerciante. Mi vieja es lo mejor y siempre se merece lo mejor. Todos los días, cada segundo. Pero si no fuese por este día, lo más probable es que nunca llegase a gastar tanta plata para un regalo. Sí soy super rata, soy Puán, no como para comprarme libros.
El otro día, iba en el Roca, y pasó una chica entregando una revistita que decía "Poemas para mamá". Al principio, me dio tristeza... porque pensé que nadie lo iba a comprar. No. De verdad que pensé en mi eguito, que nunca jamás se me hubiese ocurrido regalarle algo así. Porque claro, los poemas más lindos se los hago yo. Y me enquivoqué. En todo. El chico que estaba adelante mío, le dio $2 y empezó a leerlo. Y yo nunca pude hacerle un poema digno de ella.
Porque no existe poesía digna de mi vieja. Todas las palabras terrestres, celestiales, incluso subversivas, son sucias.
Y me di cuenta, que nunca iba a poder escribirle un poema que le correspondiera.
Excepto lo más puro. El poema digno de mi vieja, son los hijos que voy a parir. Todo lo que salga de mí que la haga feliz. Y por supuesto, voy a dejar que disfrute. Porque es lo más extraordinario que existe. Y cada día es suyo. Y lo mejor, se lo dedico. ¿Los poetas sufren, dijiste? ¿Y quienes sufren pariendo la felicidad?
Te amo vieja, quizá tanto como amo a tu vieja.
¿Viste? No hay centímetros que nos separen.
Buena vida al señor Yoriko!
Gracias. Hablo por mí. Sos, por siempre mi orgullo y mi alma. Sé quien sos y me resbala por el esfinter lo que puedan llegar a decir de vos.
Si hablás mal de Mata, disculpame, pero voy a tener que bardear a tu esposo. Es lo último que aclaro.
Salud Má!

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