-Acá, acá me duele cuando camino. Porque vos me hiciste correr muy fuerte cuando vino el tren.
-Bueno, bueno ¡eh! que a mí hace cuarenta años que me duele el alma y no me quejo. Si me tuviera que quejar... me duelen todos los huesos, la cadera, la espalda, la cintura...
-Eso porque estás vieja.
-¿A quién el decís vieja vos? Yo no estoy vieja, estoy cansada, de cuidarte a vos, a tu hermanito, a tu papá, de hacerle de comer a tus perros...
-¿No era que no te quejabas? Má ¿Me comprás?
-No. Cállate vos y mirá pa´fuera.
-Má... ¿Sabés que es un dengue? Es un sapo. Es una larva que después se hace sapo.
-Ah, mirá vos.
-Crece en el agua, de bebé, es una larva que nada. Después se hace un sapo grande y verde. Que salta muuuuuuuy alto.
-¿Y vos como sabés todo eso?
-Porque lo ví. Má, má, ¡tengo hambre! ¿Me compras?
-No, porquerías no. Si tenés hambre esperar a llegar a lo de la abuela que está cocinando unas tartas riquísimas.
-uuuuuuuuuuuuuhhhh ¡pero yo quiero eso!
-¡Mirá! ¿Sabés lo que es eso?
-Si, un tren de carga...
-¿Y qué lleva el tren ese?
-No sé, piedras tiene ahí arriba. Un vagón, y otro vagón, y otro vagón, y otro vagón...
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