es dar vueltas alrededor de uno
y generar corrientes arremolinadas de pasión.
Formas ilusorias y mágicas,
como las del caleidoscopio.
Como rosetas hipercromáticas
en la retina,
por verse cada día con distintos ojos.
Ronda de dos,
eterna,
destino circular.
La promesa: Para siempre.
No caminar, sino girar y girar,
sobre el mismo eje,
hasta dejar de girar.
-Má, cuando las arañas se ponen de novios ¿cómo se agarran de la mano?
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