Las bigotudas tenemos un enemigo... el espejo. Mas vale cerrar los ojos que encontrar una ocasión para agarrar la pinza con paciencia o la cera con sufrimiento. Es un invento malparido.
Como lo tenía ahí juntando mugre y necesitaba un lugar para escribir datos, lo convertí en pizarra. No es lo más afortunado, pero le doy mas uso.
Ayer vinieron mis primitas y estuvimos jugando al ahorcado con mi ahijada.
No sé en que momento sucedió, pero cuando me fui a dormir vi mi nombre escrito en manuscrito y un ahorcado resuelto "HOLA". Y morí de amor lentamente.
2 comentarios:
Bien a lo Frida :P
jaja siiiiiiiiiiiii
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