martes, junio 09, 2015

Indignación.

Todos paran, todos paran. 
Y a los que paran no les importa si otros quieren parar. 
Es verdad, incluso los hospitales paran. 
Pero la guardia no. 
Es sagrada, como la casa de dios que nunca para. 
La guardia es como el corazón, no para...
porque si para, se muere. 

Con tanta violencia, tantos médicos fajados; laburando con miedo, agarrandose el ojete y preocupandose más por los temas legales que de la salud... bajemos un poco... No es ni trabajo, ni digno. Si esto sigue así algún día van a logar que se cierren las guardias. Y que nos muramos todos.

No hay comentarios.: