Ayer soñé con vos. Fue hermoso, y raro.
Porque nunca sueño con vos.
Muy real.
No había tiempo, porque podría ser actual, pasado o del futuro.
Estábamos en algún lugar, que no presté mucho atención
pues era feliz,
pero comíamos; una especie de confites
hechos con merengue bañados en chocolate
con forma de alubias, así
pero sabían increíbles.
Y me dijiste "Dentro de unos días viene Nelson"
Loco,
Creo que nunca tuve necesidad de soñar con vos,
porque eras lo último que veía a la noche
porque te buscaba con la mano si te extrañaba
y porque si abría los ojos estabas ahí.
O tal vez haya sido
porque la única vez que soñé con vos...
no debía
en aquellos tiempos primeros,
donde casi no nos veíamos
y donde el único lugar de encuentro tal vez era el comedor
muy muy al comienzo,
soñé que estábamos enfrentados ahí
en ese cuarto de mierda decorado con
carteles amenazantes
nos separaba esa mesa salvadora
y me mirabas
me decías algo
que me hacía sonrojar
y que devolví con una sonrisa...
pero eras vos, o tu figura, o tu presencia
Cuando desperté sentí en mí algo raro
pero muy lindo
y reprimí ese sueño porque supuse que estaba mal
vos tenías tu amor,
y yo el mío.
Después, me reía de eso,
minimizándolo, ridiculizándolo
negandolo
negandolo
Y ya ves, o no ves, el día que termines la novela de Allende
que te regale antes que mis besos
me dirás la página exacta de la metáfora:
la verdad es fuerte por esencia
no hay roca que la pueda esconder
ni pensamientos que la puedan evitar
ni mucho menos sentimientos que la puedan contradecir
aunque eso vaya en contra de nuestra integridad
la verdad es luz propia
que siempre busca libertad
es esa inquietud interna
que hace que te muevas.
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