La importancia de las velitas.

El pequeño niño se disponía a ser el centro de atención.
Su padre se encargó de apagar todas las luces, mientras prendía la cámara, para congelar esos hermosos momentos.
Su madre, con las mejillas rojas de orgullo, llevaba la torta que ella misma había hecho para su hijito.
Él, se sentía el rey, Todas las miradas puestas en sí, le regalaban sonrisas.
Luego, el himno del cumpleaños, donde todos expresan sus deseos de felicidad al cumpleañero en esta canción tradicional. Aplausos a lo último.
Se escucha una voz que dice “Pedí los tres deseos antes de soplar las velas”
El pequeño aventurero continuó pensando… y la gente esperaba…
“¿Y?” preguntaron algunos
“Todavía no se me ocurre ningún deseo… mejor lo pienso un poco y cuando lo decida las soplo” respondió el total vivacidad.
Entre risas, nadie se había fijado en las ventanas, que habían quedado abiertas, y por una de ellas, una brisa escurridiza había penetrado a la habitación.
En un cerrar de ojos, todos habían quedado a oscuras.
¿Moraleja? Ya la sabés.

Para vos, Hide… mi amigo del alma…
Que estas 18 velitas te iluminen en este año… fuera de lo común para nosotros, lleno de novedades. Que su luz que protejan, porque ese es mi deseo. Y lo pido en voz alta, porque no es mi cumpleaños ;) Esas “18 velas” es la luz que irradias, porque solo tu ser irradia esa chispa que alegra al que la ve. Es tu vida, la que recorriste y armaste… 18 años.
¿Sabés por qué del alma, no? Porque sos capaz de comprenderme sin siquiera preguntármelo. Te basta con solo mirarme… y la mirada es el espejo del alma.

Otro abrazo para Ema… mi mago preferido, mi amigo cibernético. ¡Feliz cumpleaños nene! Lo mejor para vos, de todo corazón.

Por último dos grandes besos a mis primitos Nachi y Aluhé. Para ellos dos que están empezando a vivir: un poco de maná. Que los ayude a entender este mundo. Y pelear contra las injusticias.