sábado, noviembre 09, 2013

Sientame udeachecita...

Cuando Eva votó por primera y única vez, estaba internada en un hospital de Avellaneda. La urna fue acercada hasta su camilla.
En esa misma vez, como fiscal por la UCR, estaba un jovencito David Viñas, que no era el viejo Viñas, no tenía los bigotes, y era él antes de todo. Era él con el espíritu intacto, era... enteramente lo que él era.
En ese mismo hospital, hoy en día, doy fe: se están formando buenas almas sanadoras. 
En ese mismo hospital, me gusta ver que un poema de Santoro respira sobre la pared. 
En ese mismo hospital, el miércoles pasado, B y yo nos agarramos las manos. Yo no le quería dar la mano, le quería dar lo que necesitaba; salud, energía, paz. Nos despedimos con sonrisas frescas. La señora que acompañaba a B, me dio un beso y me dijo que nunca pierda mis sueños. 

No hay comentarios.: