viernes, enero 23, 2015

Hasta siempre Pedro.


Siempre dije que Pedro tenía nombre de ángel. De hecho escribí un texto sobre un ángel llamado Lemebel... que en realidad no era otra cosa que una yegua hermosa con una lengua ácida, que escupía poesía con un sabor único e incomparable.
Hay días en los que el cielo se impone hermosamente rosa; sé que salen las mariposas a enfiestarse con loco afán.
Ya nada callará tu voz. Porque eso es imposible.

Hace 3 días, te volví a leer: http://lemebel.blogspot.com.ar/  (Hacer como si nada, soñar como que nunca)

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