martes, julio 14, 2015

Ofuro, el face de Mata.

Ayer, una chica trajo para mostrar un trabajo de retratos que está haciendo. Morfológicamente, las fotos era muy similiares: luz, encuadre, composición, etc. Pero había algo en las miradas que resaltaba un grupo de pocas fotos del resto. Parece una foto de los `50, dijo alguien. Y era exactamente eso. En nuestros tiempos el retratista tiene que lidiar con algo que hace 20 o 30 años atrás casi no existía: la conciencia de la propia imagen (fotografiada). Antes, casi nadie tenía una idea acabada de cómo se veía en una foto, ni de cómo (aún más importante) debería verse. Ahora todos saben cómo se ven y cómo quieren verse. Y es una máscara muy difícil de quitar.
Vimos retratos casuales (no de estudio) de los años 20 y 30 y la diferencia es notable.
Tal vez por eso me gusta sacarle fotos a Lila, porque ella todavía no tiene esa máscara.



Siento que es como un delito robar y copiar acá sus palabras, pero por otro lado, creo que tiene más sentido compartir esto en este muro de mi alma, y no en el de mi cara que lo lee o no lo lee cualquiera. 
Esto lo publicó hace unos días. Cando lo leí, volví a sonreír, fue como volver a leer su blog, como volver a tener 18. Ufffff. 
De cualquier manera, él lo sabe hacer porque es un iluminaria. Apunta, dispara, ilumina. Flashea, dirían los pibes de hoy. 

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