viernes, abril 15, 2016

Estreno el regalo de Sofi, abro el placar y vuelvo a los viejos amores.





































"Doctorcita" me dice. Cómo osa llamarme así. 
No hay derecho viejo. Jugar así con fuego. 
Como cuando uno ve un peludo moviendo la cola y le dice "Hola perrito" acariciándolo. 
Ahí hay ternura en esa palabra... y cariño. 
Pero yo no quiero su cariño. Ni alquilarme un nicho en la friendzone. 
Yo sólo quiero volarle la cabeza, quemarle las ideas, que arda y tenga fiebre de mí. 
Que se caliente y se le pare la P. 
Que se le pare la P y entre en asistolia por un segundo. 

Bah... ¿Eso quiero? ¿O es un recuerdo histérico? 

LA CALENTURA ES FISIOLÓGICA
LA AMISTAD ES ORGÁNICA...
(a veces congénita)

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