domingo, marzo 11, 2007

Cruel destino.

Majestuoso, sereno y tranquilo,
él es el príncipe Amintas de Lincéstide.
Desafortunado heredero del trono,
porque no es el único.
Su primo, Alejandro
bendecido desde el vientre de Olimpia,
de sangre sagrada
linaje de valerosos reyes,
de irresistible hermosura e
inagotable valentía.
Insaciables son los triunfos para él,
que no conoce la palabra "Imposible"
El mundo no está hecho para
ocupar segundos puestos.
Sólo el pedoreso vive como merece.
La ambición turba la mente,
el poder penetra en la conciencia,
y la trastorna.
Entonces siente miedo,
el mejor amigo de la inconciencia,
que lo obliga a actuar de manera inmediata
quitando del medio
todo aquello que lo genera.
Amintas muere, así, de la peor manera
juzgado como traidor.
Por el simple hecho de
poseer sangre de reyes
Por ser una sombra
en las pesadillas de Alejandro
que amenaza con quitarle el poder.
Su mente está ya, demasiado ofuscada
Sólo la suposición
logra poner en duda la fidelidad
de aquel honorable guerrero
que luchó en primera fila
embistiendo enemigos.
Que ahora es asesinado,
como los inocentes que caen primero,
pagando el precio
de la vanidad del hombre
que solo anhela,
la inmortalidad de su nombre.

1 comentario:

Anónimo dijo...

TRAVAAAAAAAAAA
ME GUSTO MUCHO EL POEMA
ME HACE ACORDAR A JESUS
TE QUIERO MUCHISIMO AMIGA
Y CUANDO QUIERAS PODEMOS IR A ESTRENAR ESA CARTERA POR LA MONTE VERDE. YO ESTRENO LA CHOMBA DE CATORCE PESOS. MAS CARA QUE MI SERVICIO COMPLETO JAJA
UN BESO ENORME
T QQQIERO HASTA EL CIELO
☺♥