Y otra vez vuelve tu sombra a hacerme compañía porque te llamo, te recuerdo, y te pedí que no me dejaras sola. Entonces te parás en silencio a mi lado, y comienzo a sentirme mejor. Voy reviviendo a medida que descendés hasta llegar a mis ojos.
Sé que venís a armarme, pero nunca tuve valor. Por eso me abrazo al inodoro, mientras de fondo, se escucha el radioteatro de siempre.
El mundo está al revés, y vos estás lejos de tu sombra. Lo sé.
Yo no sé tomar lo que me das, ni tu mirada, ni tus besos, ni tus retos, ni tus risas. Yo no sé darte, y lo único que puedo hacer es vomitar la basura para sentirme mejor.
Yo no puedo tomarte la mano. No puedo acariciarte. No puedo alcanzarte, porque el mundo ya empezó el día, y la tierra su rutina. Giran mis vísceras, como gira el café que batís para mí. Yo no puedo enamorarme. Yo no puedo aceptarte, porque no sé tomar lo que me das.
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