Es un punto estratégico, porque varios bondis pasan por las venas que llegan hasta ahí.
Además, tiene eso de resistencia a lo que se convirtió ahora; La humedad en las paredes, los estantes de madera, el olor a aquellos tiempos, la cercanía a la tierra... un poco de verde.
Por eso siempre me gustó esa esquina: la esquina de tu carazón, en la que me refugio cada vez que las cosas me salen mal. Cada vez que fracaso y repito la cobardía. Cada vez que tiemblo de frío porque me llueve desde todos los ángulos.
Ahí me agrada estar empapada porque creo que es tu saliva. El aire está pesado, siempre; cargado de momentos.
Me permitís mi tiempo, me prometés que para siempre. Y del cielo caen esos besos fugaces.
La música es tu risa; te burlás de mis errores, y conocés a la perfección cada uno de mis defectos para hacerlos felices.
Me acaricias los sueños, me alentás las dudas y me apuñalás ilusiones. De una patada, me das amor.
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