Tan poco me conozco que no podría decir que estoy enamorada. Da miedo, lo reconozco.
De golpe, aparecés ahí, con esa palidez en tu piel humana. No, con luz divina sonreís, como si así congelara tu recuerdo para llevarte siempre.
Tenés algo en tu alma, en tus ojos. Tenés ángel, guardián, con llaves. Abrís así portones y cofres de mi interior y los sacás al sol.
Y yo… y yo me pregunto qué serás cuando no estás conmigo. Por dónde caminás y qué mirarás. Yo, que soy pasajera, y la variante, quisiera tener las armas para despejarte y que dejes de ser mi incógnita.
Abrir tu cabeza y que me dejes entrar en tus sueños líquidos.
Abrir tu cabeza y que me dejes entrar en tus sueños líquidos.
Estás, sacudiendo mi mundo. Y sabés que te espero. O no, pero te espero. Y vos también, no me lo niegues. Porque llego atolondrada y tarde a tu bajada de línea, y siempre me llaman los astros sobre tu cabeza, y estarán alineados con los míos, porque en pocos minutos, nos encontramos, y nos tiramos flechas, y meteoritos. Y decime que no sentís los pies en la exosfera. Eso es por sentir correctamente los deseos indecentes.
Es la misma sensación del comienzo de Play de game. Astrológico. Mayo hace de sus cuerdas, las órbitas. Y nos regala las constelaciones en el cielo. Cuando canta Mercurio, estalla lo finito y todo es cielo. Todo lo que tenés que hacer es caer en el amor, juega el juego.
Es la misma fuerza de tu discurso de rey; Play de game, me dijiste que te gustaba por como sonaba la pe. Y no supe como sonreírte porque de todos modos iba a ser poca la ternura que te devolvía con la que vos me estabas dando. Lo hice, sin pensar y me la regresaste, me dijiste que no era una broma; que de todas las letras te gustaba la pe, porque era explosiva, distinta, especial. ¿Especial, como es eso? Es esPecial, me dijiste, tiene luz, porque está embarazada. Ahí sí me reí en tu cara y te dije que la embarazada era la B , de emBarazo, y que según mi profesor de inglés Puaj, la b era la explosiva. Y mientras me reía, te ví marchar, achicaste los ojos y te quedaste viendo más allá por un ratito, hasta que volviste a mirarme. No sé a dónde fuiste esos segundos, pero volviste más lindo, me dijiste que estaba equivocada y que sea como sea la pe era tu letra preferida.
Y ahora que no te alcanzo, sigo esperando encontrarte. Ya no te busco, porque sos sorpresivo, porque te gusta la pe.
Sé en este momento que estamos viendo la misma vía, seguramente por eso no nos vemos.
No me gusta encontrarte ausente por más que exista el cable que nos mantiene conectados... pero si te vas, no me dejes tu nombre en la pared.
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