domingo, abril 29, 2012

de Los Detectives Salvajes. R. Bolaño.


22 de noviembre
Desperté en casa de Catalina O'Hara. Mientras desayunaba, muy temprano (María no estaba, el resto de la casa dormía), con Catalina y su hijito Davy, a quien tenía que llevar a la guardería, recordé que la noche anterior, cuando ya sólo quedábamos unos pocos, Ernesto San Epifanio dijo que existía literatura heterosexual, homosexual y bisexual. Las novelas, generalmente, eran heterosexuales, la poesía, en cambio, era absolutamente homosexual, los cuentos, deduzco, eran bisexuales, aunque esto no lo dijo.
Dentro del inmenso océano de la poesía distinguía varias corrientes: maricones, maricas, mariquitas, locas, bujarrones, mariposas, ninfos y filenos. Las dos corrientes mayores, sin embargo, eran la de los maricones y la de los maricas. Walt Whitman, por ejemplo, era un poeta maricón. Pablo Neruda, un poeta marica. William Blake era maricón, sin asomo de duda, y Octavio Paz marica. Borges era fileno, es decir de improviso podía ser maricón y de improviso simplemente asexual. Rubén Darío era una loca, de hecho la reina y el paradigma de las locas.
– En nuestra lengua, claro está -aclaró-; en el mundo ancho y ajeno el paradigma sigue siendo Verlaine el Generoso.
Una loca, según San Epifanio, estaba más cerca del manicomio florido y de las alucinaciones en carne viva mientras que los maricones y los maricas vagaban sincopadamente de la Ética a la Estética y viceversa. Cernuda, el querido Cernuda, era un ninfo y en ocasiones de gran amargura un poeta maricón, mientras que Guillen, Aleixandre y Alberti podían ser considerados mariquita, bujarrón y marica, respectivamente. Los poetas tipo Carlos Pellicer eran, por regla general, bujarrones, mientras que poetas como Tablada, Novo, Renato Leduc eran mariquitas. De hecho, la poesía mexicana carecía de poetas maricones, aunque algún optimista pudiera pensar que allí estaba López Velarde o Efraín Huerta. Maricas, en cambio, abundaban, desde el matón (aunque por un segundo yo escuché mafioso) Díaz Mirón hasta el conspicuo Hornero Aridjis. Debíamos remontarnos a Amado Nervo (silbidos) para hallar a un poeta de verdad, es decir a un poeta maricón, y no a un fileno como el ahora famoso y reinvindicado potosino Manuel José Othón, un pesado donde los haya. Y hablando de pesados: mariposa era Manuel Acuña y ninfo de los bosques de Grecia José Joaquín Pesado, perennes padrotes de cierta lírica mexicana.
– ¿Y Efrén Rebolledo? -pregunté yo.
– Un marica menorcísimo. Su única virtud es la de ser si no el único, el primer poeta mexicano que publicó un libro en Tokio, Rimas japonesas , 1909. Era diplomático, por supuesto.
El panorama poético, después de todo, era básicamente la lucha (subterránea), el resultado de la pugna entre poetas maricones y poetas maricas por hacerse con la palabra. Los mariquitas, según San Epifanio, eran poetas maricones en su sangre que por debilidad o comodidad convivían y acataban -aunque no siempre- los parámetros estéticos y vitales de los maricas. En España, en Francia y en Italia los poetas maricas han sido legión, decía, al contrario de lo que podría pensar un lector no excesivamente atento. Lo que sucedía era que un poeta maricón como Leopardi, por ejemplo, reconstruye de alguna manera a los maricas como Ungaretti, Montale y Quasimodo, el trío de la muerte.
– De igual modo Pasolini repinta a la mariquería italiana actual, véase el caso del pobre Sanguinetti (con Pavese no me meto, era una loca triste, ejemplar único de su especie, o con Dino Campana, que come en mesa aparte, la mesa de las locas terminales). Para no hablar de Francia, gran lengua de fagocitadores, en donde cien poetas maricones, desde Villon hasta nuestra admirada Sophie Podolski cobijaron, cobijan y cobijarán con la sangre de sus tetas a diez mil poetas maricas con su corte de filenos, ninfos, bujarrones y mariposas, excelsos directores de revistas literarias, grandes traductores, pequeños funcionarios y grandísimos diplomáticos del Reino de las Letras (véase, si no, el lamentable y siniestro discurrir de los poetas de Tel Quel). Y no digamos nada de la mariconería de la Revolución Rusa en donde, si hemos de ser sinceros, sólo hubo un poeta maricón, uno solo.
– «¿Quién? -le preguntaron.
– ¿Maiacovski?
– No.
– ¿Esenin?
– Tampoco.
– ¿Pasternak, Blok, Mandelstam, Ajmátova?
– Menos.
– Dilo de una vez, Ernesto, que me estoy comiendo las uñas.
– Sólo uno -dijo San Epifanio-, y ahora te saco de la duda, pero eso sí, maricón de las estepas y de las nieves, maricón de la cabeza a los pies: Khlebnikov.
Hubo opiniones para todos los gustos.
– Y en Latinoamérica, ¿cuántos maricones verdaderos podemos encontrar? Vallejo y Martín Adán. Punto y aparte. ¿Macedonio Fernández, tal vez? El resto, maricas tipo Huidobro, mariposas tipo Alfonso Cortés (aunque éste tiene versos de maricona auténtica), bujarrones tipo León de Greiff, ninfos abujarronados tipo Pablo de Rokha (con ramalazos de loca que hubieran vuelto loco a Lacan), mariquitas tipo Lezama Lima, falso lector de Góngora, y junto con Lezama todos los poetas de la Revolución Cubana (Diego, Vitier, el horrible Retamar, el penoso Guillén, la inconsolable Fina García) excepto Rogelio Nogueras, que es un encanto y una ninfa con espíritu de maricón juguetón. Pero sigamos. En Nicaragua dominan mariposas tipo Coronel Urtecho o maricas con voluntad de filenos, tipo Ernesto Cardenal. Maricas también son los Contemporáneos de México…
– ¡No -gritó Belano-, Gilberto Owen no!
– De hecho -prosiguió imperturbable San Epifanio-, Muerte sin fin es, junto con la poesía de Paz, La Marsellesa de los nerviosísimos y sedentarios poetas mexicanos maricas. Más nombres: Gelman, ninfo, Benedetti, marica, Nicanor Parra, mariquita con algo de maricón, Westphalen, loca, Enrique Lihn, mariquita, Girondo, mariposa, Rubén Bonifaz Nuño, bujarrón amariposado, Sabines, bujarrón abujarronado, nuestro querido e intocable Josemilio Pe, loca. Y volvamos a España, volvamos a los orígenes -silbidos-: Góngora y Quevedo, maricas; San Juan de la Cruz y Fray Luis de León, maricones. Ya está todo dicho. Y ahora, algunas diferencias entre maricas y maricones. Los primeros piden hasta en sueños una verga de treinta centímetros que los abra y fecunde, pero a la hora de la verdad les cuesta Dios y ayuda encamarse con sus padrotes del alma. Los maricones, en cambio, pareciera que vivan permanentemente con una estaca removiéndoles las entrañas y cuando se miran en un espejo (acto que aman y odian con toda su alma) descubren en sus propios ojos hundidos la identidad del Chulo de la Muerte. El chulo, para maricones y maricas, es la palabra que atraviesa ilesa los dominios de la nada (o del silencio o de la otredad). Por lo demás, y con buena voluntad, nada impide que maricas y maricones sean buenos amigos, se plagien con finura, se critiquen o se alaben, se publiquen o se oculten mutuamente en el furibundo y moribundo país de las letras.
– ¿Y Cesárea Tinajero, es una poeta maricona o marica? -preguntó alguien. No reconocí la voz.
– Ah, Cesárea Tinajero es el horror -dijo San Epifanio.

viernes, abril 27, 2012

Y un día cualquiera, decidió ser feliz. 

Dejo el negocio mientras en la cabeza me retumbaban las palabras de Pilar Sordo. Le dejó adentro una sensación difícil de describir; eso sí, era hora de cambiar el pensamiento, la actitud. De encarar la vida desde otro punto, y empezaba por hoy. Le vibraban las células, energéticas, positivas, entrópicas. 

Viernes hermoso. El alma no dejó de sonreír. 

A la vuelta- Roca de mi vida, los grosos del sur-, risas hasta las lagrimas. Alegría verdadera. 

Balazos de recuerdos risueños, acompañando. 

Había olvidado la felicidad sincera al recibir un texto de regalo.  

Hoy es feliz. Es su decisión, sin dudas y con todas las demás rondando.   

jueves, abril 26, 2012

LEA bien: Es GRRatuito RRebbecca!!! (diría un gil amigo)

LABORATORIO DE ESCRITURA CREATIVA. 


Arracaron los experimentos más bonitos abiertos para toda la comunidad. 
Preguntan por el comandante Juani Dominguez. ;) 
Viví una experiencia inolvidable. :D
Nuevo horario, empieza a las 17hs, creo. Las consultas no se cobran.  

"Pueden venir cuantos quieran, que serán tratados bien, 
los que estén en el camino, 
Bienvenidos al tren" 


miércoles, abril 25, 2012

Los reales visceralistas serán simpáticos o no serán nada.

Me había levantado temprano para amargarme la mañana leyendo algo de inmuno seguro, materia que me parece asquerosísima. Así que me senté en la mesa con mi mate cocido al lado y desayuné con el enano y el ñoqui. 
En eso, el enano ve el libro rojo y enorme, novela amada (que siempre tengo a mano para salir del infierno de una escapada), y dice- ROBERTO GOMEZ BOLAÑOS... 
-El chavo-dicen a la vez, con mi viejo. 
Y el enano sigue- ¿Escribió un libro? ¿Cuando escribió un libro?
Yo lo miro incrédula y antes de abrir la boca el ñoqui ya se está riendo porque se da cuenta lo que voy a decir. 
-¡No es el chavo, pelotudo! ¿Donde dice Gomez Bolaños? ¡Que manga de idiotas!- les digo indignada y nos reimos los tres. La mañana ya estaba salvada. 

Y después escuchar, de vos en voz 
como se faltan el respeto los reyes de la noche 
(infieles a su reinado) 
pisándoles el flequillo a los cuatro jinetes 
del miserable blues submarino, 
puedo decir, mientras me tomo unos ricos mates
con hojitas de menta 
que Vero me regaló ayer, 
que descubrí, tarde, pero no demasiado que, 
el éxito nada tiene que ver con la felicidad. 


Conclusiones que he sacado luego de fumarme las palabras del postlabo. 

sábado, abril 14, 2012

AMUTUY-


Cuando escuché este tema por primera vez, estábamos en el recital de la Sole, y yo no conocía ninguna canción. Así que me sentía más desubicada que chupete en culo. Cuando anunciaron que se iba a tocar este tema Pini me dijo "Uy, este te va a re gustar. ¿Sabés de que se trata? Es de los aborígenes y de la campaña del..." "Del desierto" lo interrumpo apropósito. "No... bueno, sí también" Me dijo. El tema empezó a sonar con las luces azules atrás, y las primeras notas de la zarpada guitarra me atravesaron. Era como que algo estaba marchando -por que ese es el ritmo- adentro mío. En la sangre. Realmente fue increíble. Escucharlo en vivo, y coreado por toda la audiencia... no tiene descripción. 
Lo cierto es que todas las versiones están muy bien. Calculo que es porque se interpretan con el alma. 
A este chico lo había visto ya en la tele, y me tocó las fibras. Tenía el alma demasiado expuesta. Lo volví a encontrar por youtube, y su versión es... así. 

lunes, abril 09, 2012

Cabeza de chorlito

(arrastrando 22 años, los últimos)-Maitu, ¿qué estamos haciendo acá? 
(4 grandiosos años)-Nos estamos escondiendo, por si viene alguien y lo asustamos. 
-Ah. ¿Y si no viene nadie? 
-No lo asustamos. 
-... Ah, sí, tenés razón. 


viernes, abril 06, 2012

Wanna be intoxicated with that special brew


En el contacto de la piel, de sus manos... en eso estaba pensando Agatha, mientras miraba de reojo el brazo de él, apoyado sobre la mesa, sin hacer nada. Porque en clase, Astor tomaba pocos apuntes; era de esos que escuchan y anotan poco. 
Y ella disimulaba, pero no lo podía evitar. Le gustaba demasiado. Porque su piel, era blanca, casi transparente. Como el papel manteca. Y en su brazo se marcaban, excitantes, sus venas azules. Pero de ese azul que calma y purifica, azul blues, notas de piano. Como las membranas de algunos anfibios. Así de hermoso. 
No pensaba demasiado. En ese momento era lo que más le gustaba de él. Después supo quizás por qué. Causa poética, Octavio Paz: "hay fuentes en el jardín de tus arterias". Y como para no enamorarse. 
Deseó ser un bichito para posarse sobre su piel, pincharla, y entrar en uno de esos vasos para caer directo en su corazón. 

jueves, abril 05, 2012

Carlos fuentealba, presente -5 años-


hecho por Chelo Candia.
chelocandia.blogspot.com.ar

De la contratapa de la Sudestada ((al maestro con cariño)): "En la historieta, Carlos era un tipo que salía volando por la luneta de un Fiat 147, con un libro del Quijote bajo el brazo y una tiza en el puño... Un tipo que volaba gracias a la sangre que le brotaba de su cabeza, que se transformada en capa de superhéroe" 

miércoles, abril 04, 2012


Que el señor esté contigo y con tu espíritu Chinchu Ka. 
Te quiero amiga. Siempre escucho a todos, pero tus cosas son las que más me quedan, así que dame buenos consejos eh!!! Todavía espero el que le ibas a dar a Hi, de como agarrar... 
Feliz año nuevo, y laaaaaaaaaaarga vida.
Salud Ayumi. 

martes, abril 03, 2012

Las bolas del soñador.

Entonces, la carretera. Kilómetro ochenta y siete… nada.
El día de pronto, se vistió de noche, y el camino a penas se vislumbraba.
Aburrido. Nada por aquí, nada por allá. Ya ni las vacas se ven, ni la luz mala, ni la buena.
Y un tremendo camión de la serenísima adelante, obligándome a ir despacio. Y como soy cauta espero, hasta que me canso, y decido pasarlo. Aprieto el acelerador y la vida se vuelve divertida con un poco de velocidad. Y así como si nada aparecen las luces enfrente. Justo en frente. Luces potentes como rayos. Colisión, y luego, pedazos de materia volando… como esparciéndose por el espacio. Morí.
Así el día que te vi los ojos, iluminaria. Los rayos me traspasaron, y vi cómo el cielo se despejaba y comencé a sentirme todopoderosa y potencialmente mortal.
Maravilloso y espontáneo. Segunda ley de la termodinámica; cumplida. Desde ese momento, todo se volvió un gran quilombo.
En la hora perfecta, la del crepúsculo, el encuentro fortuito entre nos.
Sin saber entonces que los minutos del principio y el fin quedarían impresos en los surcos del cerebro, bajo los símbolos poéticos de la retorcida relación denominada amistad. Sólo eso. ¿Sólo?
Habíamos destrozado la armonía con la que viajábamos juntos, riéndonos con el corazón. 
Sí, habíamos hecho trizas eso que formábamos juntos. No sé, ¿qué formábamos? un universo paralelo para mí. 
(Si)Te partías en pedacitos, cuándo no, y yo elegía los más lindos para mí. (Si)Te arrancaba la boca con un beso, y a veces, te arrancaba un beso con el alma.
Y después lo arruinamos, como la lluvia y el barro en un zapato. Todo lo manchamos.
Tenía mi corazón, los auriculares con la canción de jazz, el disco. De golpe, el silencio. Y el órgano comenzó a llorar. Venía de adentro la soledad.
Añicos de mí. Para volver a empezar hubo que barrer mis restos, y bajo alguna canción de Freddie Mercury, reinventarme. No así, mejor dicho, valorarme. Renacer, pero otra vez como yo, como lo que soy. Cuentas por minutos de mis valiosas células chocando con violencia, rompiendo el contador de centelleo. Haciéndolo mierda.
Ocho minutos. Ocho o diez minutos (podría una versión larga de la rapsodia), si es el tiempo que nos regala la luz después de la sentencia, cuando el sol, iluminaria, se apague. O lo que es lo mismo, vos me apagues cuando deje de verte. 
Eso fue la última vez que te ví, tu luz en mis pupilas por ocho minutos, y después… nada. Oscuridad, y a volver a empezar. 

lunes, abril 02, 2012

Del deber y la deuda.

CEMENTERIO DARWIN- Gustavo Caso Rosendi. 

Espectrales mohaíes que aguardan


no sé qué del horizonte


Pajaritos muertos volando todavía


en el silencio que escarbo


con desesperación de perro


Compañeros que vienen a posarse


en los omóplatos de mi sombra.




Porque el último enemigo sea el olvido.