Y después escuchar, de vos en voz
como
se faltan el respeto los reyes de la noche
(infieles
a su reinado)
pisándoles
el flequillo a los cuatro jinetes
del
miserable blues submarino,
puedo
decir, mientras me tomo unos ricos mates
con hojitas de menta
que
Vero me regaló ayer,
que
descubrí, tarde, pero no demasiado que,
el
éxito nada tiene que ver con la felicidad.
Conclusiones que he sacado luego de fumarme las palabras del postlabo.
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