Sabía que hacía rato que no acariciaba su blog, pero nunca me fijé en la fecha hasta hoy. Y me agarró un poquito de tristeza.
Es que en realidad, aunque ya lo sabía, me gusta la libertad de entrar y que mi dedo caiga en cualquier posteo y deleitarme como la primera vez. Como la adrenalina al tirarse desde el piso 23 para saber que voy a rebotar feliz en cualquiera de sus textos. Disfrutar hoy.
A veces me da miedo que se cierre, o se bloquee, o se pierda. Porque, también hoy me di cuenta. cada vez que lo leo, o veo alguna foto publicada; una puerta, en un costado de mi profundidad se abre.
* ahí caí recién.
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