El quería que lo llamasen "Pollo" es que en realidad creía que lo era. Se pensaba a sí mismo de color amarillo, con dos alas llenas de plumas suaves. Muchas veces corriendo sólo en el patio del colegio abría sus brazos e intentaba levantar vuelo, pero nunca lo conseguía. Se escuchaba piar cuando conversaba con sus amigos pero ninguno de ellos piaba, le contestaban y lo entendían... porque todos hablaban el mismo idioma.
El vacío en su estómago lo había enloquecido. Habían pasado ya varios meses que tenía una única comida al día: Sopa. Que en verdad era sólo agua caliente, a veces con algunos yuyos, la mayoría de las veces sin nada más que el reflejo de su rostro.
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