Ultimamente está más choto de lo habitual este blog, prometo que voy a hacer todo lo posible por cambiar.
Pero quiero dejar esto escrito. Igualmente, ya lo habré dicho antes, soy reiterativa. En realidad hay ciertas cosas que me gustan repetir.
Cuestión que cada vez que llegamos al tema de Cáncer de cuello uterino es lo mismo. En algún momento llega el comentario histórico clínico de Eva.
El ginecólogo de hoy -un copado- nos dijo lo de siempre, que según las estadísticas, desde hace mucho tiempo se asocia el cáncer de cuello uterino a las prostitutas y el cáncer de ovario a las monjas. Una manera bastante simple simbólicamente hablando como para distinguir, pero muy retrógrada a la vez. Cavernícola. Y a mi modo de ver, se escapan por las goteras ciertos datos dentro de esa asociación tan tajante.
Decía, que después de la muerte de Eva, los libros de ginecología que tenían estas descripciones desaparecieron misteriosamente. Y eran grandes obras que ya no se consiguen.
En un momento preguntó si sabíamos quienes la habían operado y yo, me respondí automáticamente y por supuesto sin pensar: Delmar... que no había nacido creo, o era muy chico... entonces su papá. Pero no... casi, Finochietto, con Pirovano y algunos nombres de hospitales famosos más habían estado en el quirófano. Y ahí me pico el orgullo udeachesco... inflé el pecho y miré alrededor pensando decir "es mi UDH" pero a nadie le iba a importar una goma.
Nada, dijo, un comentario de color que quería hacer.
Después de eso hizo otro comentario quizá con más color y para algunos más interesante. Dijo que los que vayan a hacer el examen de residencia lean las lecturas obligatorias, en especial la de hpv porque podía entrar alguna que otra pregunta, ejem ejem...
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