Hace poco, mi hermano me mostró una imagen sacada de su Facebook, creada por un amigo suyo. Eran las Malvinas pintadas con la bandera británica. Me indignó desde un primer momento, lo puteé y me fui.
Durante los siguientes días, siempre que mi hermano estaba en la computadora y yo pasaba a su lado me decía “¿Querés ver por qué lo hizo y lo que escribió después?”
Por supuesto que no le contestaba yo, era una estupidez como todo. ¿Para qué me iba gastar leyendo?
Hace unos días, otra vez, el pibito boludeando por el Facebook, le pido un minuto la computadora para imprimir unos acordes. Me dice que estaba ahí la foto de las Malvinas y los comentarios abajo, si los quería leer (insistente). Le dije que no. Después vi que la impresora tardaba bastante y le dije “bueno, a ver…”
Obviamente, alguna buena explicación tendría que haber, cualquiera no hace eso, ni siquiera por rebeldía. Y si era una obra de arte, yo no lo sabía. No sé nada de arte… sólo que se lo comen las anguilas calvas.
La clave estaba en el mensaje que el chico quería transmitir. Era una conexión que quería tener, con gente como yo, que necios, desde un principio, no le dábamos cabida. Para eso lo había hecho, decía. De lo que interpreté yo ¿no? Aunque no fueran las palabras exactas: Para ver la reacción de los nacionalistas. Y para que se acabe la hostilidad racial (me encanta esa frase, cuando se usa para combatirla). Mucha gente que diciendo ser nacionalista se tira contra los chilenos, y bueno, alguna frase fuerte contra el país hermano, y el odio contra los británicos.
En un momento me sentí identificada, en sus palabras decía algo así como que a veces deseaba que fuera así y punto (se refiere a que las Malvinas fuesen británicas). Y yo, de chiquita a veces tenía ese pensamiento, y era porque veía todo el odio que arrastraba aquella guerra perdida. No sólo en aquel pasado, sino también en el presente, algunos la usan como pretexto para darles la espalda a los británicos y a los chilenos.
Así pensaba yo de chica. Después viendo documentales, leyendo varios Caras y Caretas u otras notas en otras revistas, viendo películas y escuchando a los ex combatientes, mi mente se enriqueció y fui separando términos.
En primer lugar; sí, soy nacionalista. Pero hay gente que lo es y otra que se hace. Odio a la gente que cree que por ponerse una camiseta cada 4 años y cantar el himno llevados por la pasión de un deporte o por la misma muchedumbre, cree ser nacionalista. Y ni se imaginan cuánto odio a la gente que dice que los bolivianos vienen a “robarnos el trabajo y a afanar”, pero hay mucho para eso, será en otro post.
No me olvido lo de chile, pero qué con eso, es parte de la memoria… en mí. Y es de lo que más valoro. Pero no por eso los odio… es decir, ¡somos vecinos! Eso pasó hace rato y los que comandaban Chile en ese entonces eran tan mal paridos como los generales que mandaban al matadero a los jóvenes soldados argentinos. Somos nacionalistas, pero ante todo humanos, y ante ello defendamos nuestros derechos.
Tuve la oportunidad de ir a chile cuando chica, y no me acuerdo de nada, pero en casa hablan tan bien que el deseo de volver está siempre. Y no es por los paisajes solamente. Hay gente que dice que la manera de manejar los vehículos, el tránsito de una ciudad es el reflejo del país. Acá damos una muy mala imagen entonces. La que mis padres tienen de aquella época es clara y limpia.
Volviendo a lo de Malvinas, hace algunos años ya, que decidí que las islas no eran ni argentinas ni británicas ¿se acuerdan? Que eran de ellos. De los que realmente lucharon por ellas. Por eso, más que a las islas (que no sé cuanto provecho habríamos de darles) a lo que yo más adoro son a los ex combatientes argentinos. Por eso, ya no hablo tan libremente de Malvinas. Como si fuese algo ajeno a lo que sólo ellos tienen el derecho de hablar, y yo fuese una inútil que sin haber vivido siquiera la época opino sobre el asunto.
Por eso, no comprendo su arte. Intenté ponerme en el lugar de los veteranos, sus familiares, y aquella imagen me resultaba un insulto.
¿¡Qué irónico, no?! Acá se sigue luchando por la recuperación, se habla de ella como una propiedad privada, y cuán poca importancia se les a da a ellos, los verdaderos héroes. Los que siempre van a tener mi admiración. Los protagonistas que fueron, lucharon y volvieron en silencio. Los que aún siguen luchando y algunos escuchan.
Todavía está vivo, por lo que realmente vale la pena luchar y recordar. Deberíamos dejar del maldecir al pasado. Todavía podemos… defender la patria.
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