Oba (abuela, en japonés) me contaba que cuando era chica, la madre la mandaba a buscar Nori al mar. Estaba en primaria así que tendría 8, 9 años.
Tendría que recorrer algunos cuantos metros. Yo no conozco Okinawa (de Motobu hablaba), pero según ella, (obvio no había calles de asfalto) hay muchas lomadas, mucho yuyo y casas a varias alturas.
Para llegar al mar, debía pasar por el cementerio, que no era más que un monte con las tumbas.
Los japoneses son muy supersticiosos, creen en los espíritus y esas cosas.
Según mi oba, su mamá era una miedosa que como no se animaba a cruzar el cementerio, la mandaba a ella.
Me contaba que también tenía miedo, pero que prefería hacerlo porque sabía que su mamá tenía más miedo. Y que cuando pasaba por el cementerio en vez de mirar hacia otro lado o pasar corriendo, se quedaba mirando a ver si aparecía algo.
"Yo no sé soy tonto, soy miedoso, soy valiente, soy bueno, no sé que soy" me dijo.
Después la deliró con otra vuelta que fue a buscar a su hermano y la siguió un espíritu de verdad.
Pero la remató con ésta justificación que me hizo pensar en el Florencia Bonelli y sonreír. "No, es que yo soy caballo"
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