Pensé que se trataba de fecalitos.
Sueño
que te miro, y me muero. Te miro fijo, todo el tiempo sin poder dejar de
mirarte. Me reflejo en tu pupila arreactiva, esa que pareciera que tiene humo
en el interior, o una piedra, o una catarata. Y aunque no me veas y digas que
la ciega soy yo, me veo en ese ojo que me paraliza. Me derrito de amor, porque
ya no estoy en mí. Una parte mía está en vos, y es esa la que miro. Y sueño que
te miro, y me muero. Te miro fijo, todo el tiempo sin poder dejar de mirarte. Me
reflejo en mi pupila, escurridiza entre unos parpados de escasa apertura,
pareciera que tengo una fuente inagotable de amor que me cultiva. Y aunque no
me veas y el ciego seas vos, me veo en
ese ojo que me paraliza. Me derrito de amor, porque ya estás en mí. Una parte
tuya está en mí, y es esa la que miro.
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