jueves, agosto 19, 2010

, por eso no escribí.

Tan solo pensarme asesina me mata. Tan sólo pensarlo, mi cuerpo se queda en silencio, se revela y no me responde. Y ya no sé cuál es la fuerza que gobierna en mí.
No puedo hacerlo... te quise tanto... te quiero tanto. Cada tanto siento las ganas locas del amor joven de los primeros meses y no me da miedo decir que todavía te amo, aunque a penas se va la sensación, estoy tan vacía de vida y tan llena de soledad.
Soy tan débil, que no puedo soltarte, tampoco olvidarte.
O será que tu recuerdo es más fuerte
O mi estupidez. Esa estupidez de jurar amor eterno si morí la primera vez, y muero cada tanto. Esa misma estupidez que me obligó a tatuarte ahí donde te veo todas las mañanas, ahí mismo, a la izquierda del Che. La misma estupidez que cree que borrando tu nombre de la lista, voy a dejar de pensarte.
Ya. Me harté de esperarte.
Me cansé de que sólo aparezcas en cartas viejas de vez en cuando y que no estés cerca. Me cansé de releerte y de no poder volver a verte.
Estaba decidida a dejarte ir, por eso, esta carta de despedida, que nunca voy a terminar, que nunca voy a firmar, que nunca más te voy a dar.

Hacerlo, sería matarnos. Y eso duele, duele en la sangre, duele en los huesos.

Duelen las dudas y las ausencias como duelen mis letras desorientadas. Como duele escribirte una carta, como arden los ojos cuando cierro un sobre blanco. Por eso no escribí nunca un final.
No puedo decirte adiós porque ya no creo.
Por eso no puedo hacerlo, desaparecerte de mi memoria. No es por amor, a veces me irritas y me atrevo, segura, pero ni bien agarro la pistola no sé hacia dónde disparar.


A Carlos Eduardo Ishikawa.


Gracias a mi hermana por escuchar, leer y opinar sobre mis fluidos textuales. A los chicos del taller por comentarios, polémicas, correcciones, opiniones.

Personalmente es de lo que más me gusta, de lo que hice hasta ahora. Es el producto reciente de "Corso" más alguna inspiración de Lemebel, más todo el aprendizaje que arrastro estos meses del laboratorio que no deja de explotar. Es fresquito, de ayer nomás, parto natural y rápido. Quizá más de lo mismo, vuelvo siempre vuelvo. Es lo que siento, sin censura.

Puro, sólo don Esteban sabe tocarme así.

Estaba pensado en él. Pero esta mañana mientras esperaba que me hagan el orteli en el parcial de bioquimica, en ese sector de la facultad, entrada aula magna PB izquierda, estaba él. Estaban ellos. Pero él, es nikkei, y hablando de identidades hay ciertas cosas que no se pueden evitar.

Todo el día y mientras me hacía cargo de mis palabras pensaba en él. Verdaderamente no sé -o no recuerdo- de él más que le nombre (debería haber fijado bien las huellas cuando marzo fui) . Y no me gusta poner nombres, pero quizás por eso, porque el nombre no se debe olvidar, esto, es para él.

1 comentario:

Anónimo dijo...

a JP..POR JAPO NO?jaja
por ahora disfruto de tus textos, y puedo aportar algo de mi.., digo por ahora, porque mas adelante no voy a entender un joraca tus textos REBUS-cados!!!
S.M.K.N ;p