martes, agosto 17, 2010

Y el tornillo oxidado se ahogó en mi chocolatada.

walsh es tan grande que mete miedo,
por suerte el tipo no se acaba nunca.
porque nunca nadie contó la historia
terminando; colorín colorado...
tampoco hubo: y comieron perdices.
para siempre es nunca más.

yo no sé por qué me posee.

Indirectamente el chino me llevó a leer corso.
Morí de risa, morí de ternura. Muero walsh, vivo walsh,
así en verbo porque adjetivo es divino.

José Francisco hoy te hace jaque Rolsh, fijáte. A él le debés la independencia, la libertad siempre fue tuya. Por lo menos, no le fumés en la cara, que se revela la asociación de asmáticos anónimos.

Sigue apareciendo, es increíble.

Y brilla en mi voz, en la pantalla, en una hoja, en los ojos, en las gafas.

Y en mi interior el embarazo psicológico de un rodolfito que se quiere gestar.

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