lunes, febrero 03, 2014

Del amor y otros sindromes, Tamira (Ed. Dunken)

Era poeta

Juan Carlos Higa era poeta
Lo conocí una tarde
Del setenta y cuatro
Leía a Brecht, a Sartre, a Cortázar
Repartía panfletos
Tenía una terrible y justificada bronca
Por la Hiroshima muerta,
Juan Carlos Higa era un loco
Como muchos de la década…
Para que tocara mis ojos
Escuchase mi voz
Palpara lo que yo creía, alas
Traspuse las rejas.
Él, era un pájaro con corazón de fuego
Con un sueño absurdo
Como todo sueño,
Juan Carlos Higa
Era poeta y era loco
Soñaba con reivindicar al hombre
A Hiroshima
Al siglo,
Al milenio,
Le apremiaba en la sangre,
El grito samurái
De algún abuelo.
No sé siquiera,
a dónde fueron a para sus huesos
imagino a veces,
que gritó mi nombre
en último aliento,
Pero estoy segura, que no fue mi nombre
Lo que Juan Carlos Higa musitó en silencio
Dijo “Patria”, “Libertad”,
“Hiroshima”

Y levantó el definitivo vuelo. 

No hay comentarios.: