Plegaria a Santa Eva.

Santa Evita, madre de los pobres, tú que escuchas a los más necesitados, sólo necesito un favorcito. 
Vos sabés que mi madre no es ni creyente, ni peronista. Tampoco es santa, lejos está de serlo. Es más si puedo hablar con total franqueza, y para ser honesta, creo que es hereje y gorila. Y bueno... lo contrario de santa no se puede decir. 
Pero Eva, usted es santa y es madre. Yo sólo le pido que la tenga presente y la ilumine con la bendición. Que le de fuerzas para que la malformación contrera y oligarca que se aloja en su cerebro se muera y circule la sangre buena de la juventud por las arterias de esos vastos territorios como el amor del General corre nutriendo nuestra patria.
En sus manos pongo su sanación. 

Ámen, 
su hija eterna, la gloriosa. 



(Lala te aaaaaaaaaaaaaa!)