sábado, junio 19, 2010

Ayer, hermoso ayer.

Viernes, de 16 a 19, Paraguay Izquierda, aula 3.
¿Cómo es posible que en una estructura tan cuadrada, quepa una ronda, siempre abierta, que abarque todo el universo?
Esa humilde felicidad, más que humilde simple, porque la sensación de plenitud es en parte porque estoy satisfecha con mi trabajo.
En 3 horas aprendo más de la vida que en las 12 semanales universitarias.
Un laboratorio donde si hay explosiones, mejor. Sin ciencia, pura química espontánea.
Me descargo, me río, me divierto, me educo, crezco, me escapo de los límites y me voy renovada, casi nueva.
Salgo y llovizna. Camino por Paraguay y después por Junín bordeando la plaza, mirando hacia arriba, los árboles ancianos en sus otoños, y las gotas finitas a contraluz de los faroles, y de las luces de los autos.
Puedo ser.

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